Receta fácil: Bizcocho de mango sin azúcar
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Diversos estudios lo han señalado a lo largo de los años, uno de ellos publicado en el International Journal of Obesity: añadir huevos al desayuno puede ayudarnos a perder peso gracias a su efecto saciante, que nos hará mantenernos llenos durante horas y llegar con menos hambre al almuerzo. También la Universidad de Louisiana ha realizado investigaciones al respecto, y ha concluido que las personas que desayunan huevos son más proclives a perder peso que las que optan por desayunos basados en carbohidratos, mucho menos saciantes, sobre todo en el caso de los carbohidratos refinados.
De hecho, las cifras hablan por sí solas. Un huevo grande tiene tan solo 78 calorías, de manera que si optamos por un par de ellos para desayunar estaremos consumiendo poco más de 150 calorías. Si lo combinamos con algo de fruta (unas rodajas de tomate, y un chorro de aceite de oliva virgen extra que aportará grasas saludables) y un poco de carbohidratos en forma de pan integral, es fácil sentirse saciado hasta el mediodía y comer menos durante todo el día. Si además seguimos el consejo de la Universidad de Surrey, que en un reciente estudio recomendaba retrasar 90 minutos el desayuno y adelantar la cena también 90 minutos como truco súper efectivo para perder peso, ya tendremos el truco infalible para empezar a adelgazar sin apenas darnos cuenta.
¿Que resulta complicado desayunar huevos en el trabajo? Siempre puedes optar por una tortilla, y los fines de semana echarle imaginación y cocinarte unos huevos revueltos, fritos, Benedict e improvisar los más variopintos aliños (ojo, que no servirá de nada apostar por los huevos para el desayuno, que suponen una dosis inigualable de proteínas de alta calidad, si después les añades salsas ultracalóricas).