¡Deja de torturarlos!
Los tomates son unas frutas (sí, son frutas) que utilizamos en muchas recetas. Sin embargo, tal vez es uno de los alimentos que más pisoteamos en la cocina. Todos, todos, cometemos errores con los tomates. Aquí hemos recopilado los más frecuentes.
Empecemos por el súper, la frutería, el mercado, la huerta. Cada tipo de tomate tiene sus usos en la cocina. Algunos tipos pueden llegar a mezclarse entre sí, como por ejemplo cuando haces salsa de tomate con cherries, pero por lo general sería mejor respetar la ecuación tipo de tomate - receta.
Una vez tengamos en casa nuestros tomates, otro error garrafal se aproxima: nunca, pero nunca nunca, deberías poner tomates en la nevera. Ni siquiera en verano, cuando te apetece una ensalada de tomates fría… El frío rompe la estructura interna del tomate. Esta es la razón principal por la que muchas veces los tomates tienen una textura harinosa.
El cuchillo es otro de los errores que solemos cometer. Partiendo de la base que el tomate que queremos consumir esté en su punto, no muy duro ni excesivamente maduro, si no elegimos el cuchillo adecuado lo destrozaremos a la hora de cortarlo. A pesar de que hay cuchillos especiales para tomates, puedes salir del paso con un cuchillo bien afilado. La lama tiene que deslizar encima de la piel del tomate y cortarla como si fuera mantequilla y esto solamente se obtiene con un filo perfecto.
Cuando ya tengamos nuestro tomate cortado, listo para una ensalada caprese con albahaca y mozzarella, solemos disponerlo en lonchas, salarlo y dejarlo listo para servir. Sin embargo, la sal hace que el tomate pierda mucha agua, razón por la que cuando sirvamos nuestra caprese estará flotando en un lecho de agüita. Poner la sal a última hora, justo antes de servir, evitará el efecto charco en el plato.
Si quieres preparar una boloñesa o cualquier salsa para pasta que implique el uso de tomate y no tienes tiempo de hacer una salsa de tomate casera, recuerda el primer lema de cualquier italiano en España: tomate triturado forever. Nunca utilices tomate frito si quieres preparar una pasta al puro estilo italiano.
Si tienes tiempo y quieres esmerarte con una salsa italiana de verdad, puedes preparar tu propio tomate triturado. Lo que necesitas es: tomates pera, agua, una olla y un pasador de verduras. El proceso es muy sencillo: corta los tomates por la mitad, quita la parte blanca y a la olla. Cubre con agua y deja hervir hasta que los tomates no se deshagan. Pasa los tomates y el caldito por el pasador de verduras. La parte de las pieles quedará arriba y la pulpa formará nuestra salsa. Toda abuela y madre italiana vuelve a pasar las pieles varias veces para exprimir toda la pulpa.
Recuerda, además, que jamás de los jamases deberías comprar tomate frito. Lo mejor es que compres tomate triturado y lo frías tú en casa o que, mejor que mejor, elabores tú tu propio tomate triturado y posteriormente lo frías. Asegúrate, además, de añadir siempre un toque de azúcar y sal.
Por otra parte, es importante que compres siempre tomates de proximidad y, a poder ser, que les saques el máximo partido cuando están de temporada. Una buena idea es que elabores conservas de tomate durante el verano para guardarlas durante toda la temporada, ya que puedes hacerlos también en pisto y tener un plato listo y saludable en la despensa durante todo el invierno,