COCINAR SIN RIESGOS
Se habla mucho de la posible peligrosidad que esconden las freidoras de aire e incluso la OCU se ha posicionado al respecto. Os cuento qué hay de cierto y cómo debemos usar la air fryer para no correr ningún riesgo.
Sí, las freidoras de aire son un mini horno con un ventilador y sí, se han ganado un hueco en la cocina y su intención es quedarse.
La fama de las freidoras de aire se basa en poder cocinar platos sabrosos y crujientes sin sumergirlos en litros de aceite hirviendo… y sin manchar. Pero hay algo que sí tiene en común con la freidora habitual: la acrilamida. Así pues, ¿cómo debemos usar la air fryer con seguridad?
La acrilamida es un compuesto químico que se forma de manera natural en ciertos alimentos con hidratos de carbono y proteína cuando los cocinamos a altas temperaturas. Es decir, se genera cuando freímos, horneamos o asamos alimentos ricos en hidratos de carbono, especialmente los que contienen almidón, como las patatas, el pan y algunos cereales.
La acrilamida se forma a partir de un proceso químico llamado reacción de Maillard, que también es responsable de ese sabor y color dorado tan apetecible que tanto nos gusta en los alimentos cocinados. Pero hay un pero: la acrilamida es potencialmente cancerígena, según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).
Las freidoras de aire utilizan aire caliente circulante para cocinar los alimentos, lo que permite que se doren y queden crujientes sin necesidad de utilizar tanto aceite como en una fritura tradicional. Esto, en principio, las convierte en una alternativa más saludable, ya que reducen el consumo de grasas.
Sin embargo, siguen empleando altas temperaturas, y es ahí donde entra en juego la posible formación de acrilamida.
La clave no está en demonizar la freidora de aire, sino en aprender a utilizarla correctamente para minimizar estos riesgos. Aquí te cuento cómo.
1. Controla la temperatura
¡Sí, lo sé! Queremos que nuestros alimentos estén listos en pocos minutos y a veces ponemos la freidora a máxima potencia. Pero, ojo, que esto no es buena idea. Cocinar por encima de los 180 °C aumenta el riesgo de formación de acrilamida.
La temperatura óptima para la mayoría de los alimentos está entre 140 °C y 170 °C. Por ejemplo, unas patatas fritas pueden quedar crujientes sin necesidad de llevarlas al límite del calor, simplemente ajustando la temperatura y teniendo algo de paciencia.
2. No te pases con el dorado
Ese color dorado oscuro que tanto nos gusta en las patatas fritas o en el pollo empanado es, justamente, lo que queremos evitar. Cuanto más oscuro, más riesgo de acrilamida. Lo ideal es conseguir un dorado claro y uniforme. Esto no solo es más seguro, sino que también evita sabores amargos por un exceso de tostado. Así que recuerda: dorado, no tostado.
3. Remojo previo de las patatas
Este truco es simple pero efectivo. Antes de cocinar patatas en la freidora de aire, remójalas en agua durante al menos 30 minutos. Esto ayuda a reducir los azúcares libres en la superficie de las patatas, que son los que participan en la formación de acrilamida.
Tras el remojo, asegúrate de secarlas bien con papel absorbente para que el resultado siga siendo crujiente. A la hora de almacenarlas, no las guardes en la nevera, aumenta la cantidad de azúcares.
4. Prioriza alimentos frescos
Los alimentos ultra-procesados, como patatas congeladas o empanados industriales, suelen contener más azúcares que pueden favorecer la formación de acrilamida. Además, muchas veces ya han sido precocinados a altas temperaturas (que en realidad quedan mucho mejor, pero claro, ya están fritos.)
5. Varía las recetas y usa menos almidón
Las patatas son las grandes protagonistas de la freidora de aire, pero no tienen por qué ser las únicas. Puedes variar y probar con verduras como zanahorias, boniatos, calabacines o berenjenas. Son igual de deliciosas y contienen menos almidón, lo que reduce el riesgo de acrilamida. Además, son una excelente forma de incorporar más vegetales a tu dieta.
6. Evita la cocción excesiva
No hay necesidad de torturar a los alimentos con horas de calor. Cocina solo lo justo para que los alimentos alcancen un punto de cocción seguro. La sobrecocción no solo aumenta el riesgo de acrilamida, sino que puede afectar la textura y el sabor del alimento.
Ajusta siempre el tiempo de cocción recomendado y, si tienes dudas, revisa el alimento antes de que termine el tiempo establecido.
La freidora de aire es una herramienta útil para reducir el consumo de grasas, pero no es la solución definitiva a todos los problemas nutricionales, lo que añades dentro es cosa tuya. Y no olvides que el riesgo de la acrilamida está presente en cualquier cocción de alta temperatura, ya sea en una freidora de aire, en el horno o en la sartén. Por eso, lo importante es conocer bien cómo utilizarla para cocinar de manera más segura.