SONRISA ESPLÉNDIDA

Trucos para blanquear tus dientes de forma natural

Antes de proceder a hacernos un blanqueamiento dental, hay que tener en cuenta que existen algunos remedios naturales que nos pueden ayudar a que nuestra sonrisa luzca más blanca.

Además, si eliminamos ciertos hábitos e incorporamos otros, seguramente notaremos la mejoría en poco tiempo. Aquí van algunos de ellos.

Bicarbonato de sodio

Es un remedio infalible para blanquear unos dientes que se han ido poniendo amarillentos con el paso del tiempo a causa del consumo de bebidas como el té o el café, los refrescos oscuros o el tabaco. Para utilizar el bicarbonato de sodio, se debe aplicar un poco de este polvo en el cepillo de dientes, frotarlos durante un rato, y después aplicar un poco sobre la pasta dental que utilizamos regularmente y proceder a un cepillado regular. Cuidado, porque el bicarbonato de sodio debe ser un producto de uso esporádico, puesto que al ser abrasivo puede dañar el esmalte dental si se utiliza con frecuencia.

Vinagre de manzana

El vinagre de manzana es un blanqueador natural que ayuda a equilibrar el PH y consigue que los dientes se aclaren ligeramente. Lo mejor para utilizarlo es hacer enjuagues durante un minuto, aunque también podemos mezclarlo con bicarbonato de sodio y aplicarlo sobre la pasta de dientes.

Manzanas al poder

Masticar regularmente manzanas, apio, zanahorias y brócoli ayuda a mantener los dientes blancos. En realidad no son alimentos milagrosos, lo que ocurre es que al ser duros contribuyen a limpiar la placa bacteriana y por tanto sentiremos la boca más fresca y los dientes más limpios. Es importante tener en cuenta que todos estos consejos no servirán de nada si no mantenemos una buena higiene dental. Esto implica cepillar los dientes al menos tres veces al día, cepillar también la lengua, usar hilo dental y enjuague y ser muy regulares con ello (si somos de las que pasamos mucho tiempo fuera de casa nos tenemos que acostumbrar a llevar un cepillo en el bolso para cepillar los dientes después de cada comida). Es importante, en este sentido, visitar regularmente el dentista para descartar caries y otras afecciones, así como realizar limpiezas periódicas.

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Zumo de limón y sal

El ácido cítrico del zumo de limón nos ayudará a blanquear los dientes. Para aplicarlo, debemos preparar una pasta con un poco de sal y zumo de limón y frotar con ella dientes y muelas. Como ocurre con le bicarbonato de sodio, es importante no abusar de este remedio, que a la larga puede acabar dañando el esmalte. Si de verdad te preocupa el color de tus dientes y buscas resultados fiables y duraderos, lo mejor será, en este caso, ponerte en manos de un profesional para que valore cuál es la mejor opción para tu caso.

Come fresas

Las fresas contienen una enzima que se conoce como ácido málico, que ayuda a que los dientes sean más blancos. Comer fresas con regularidad puede ayudar, pero si queremos un plus de blancura siempre podemos triturar las fresas con un tenedor, colocarlas sobre el cepillo de dientes y frotar los dientes durante un rato. Además, el ácido málico, que también se encuentra en la manzana, estimula la producción de saliva y puede contribuir a reducir las bacterias de la boca, de hecho es un ingrediente habitual en muchas pastas dentífricas. Como ocurre con cualquier otro alimento o producto que pueda dañar el esmalte de los dientes, se debe usar con moderación puesto que lo irá erosionando progresivamente sin que apenas nos demos cuenta.

¡A la rica piña!

La piña contiene, entre otras sustancias, bromelina, una enzima que funciona como quitamanchas natural y nos puede ayudar a mantener los dientes más blancos. Según un estudio publicado en el Journal of International Oral Health en 2014, una dosis de 2 mg/ml de bromelina in vitro logra inhibir una serie de bacterias periodontales nocivas de forma significativa. De hecho, existen algunas pastas de dientes en el mercado que la contienen.

Yogures al poder

Los yogures no solo son sanísimos (siempre que los tomemos naturales y sin azúcar), sino que contienen probióticos, muy efectivos a la hora de ayudar a reducir la desmineralización del esmalte. No es el único lácteo recomendable si queremos lucir los dientes blancos, puesto que el queso contiene una proteína llamada caseína, que contribuye a la remineralización del esmalte dental.

Y si tenemos manchas…

Si bien podemos utilizar ocasionalmente los trucos anteriores para un blanqueamiento dental ocasional, no conviene abusar de ellos para evitar que se dañe el esmalte. Si se presentan manchas en los dientes, que pueden ser blancas, amarillas o marrones y deberse a numerosos factores (desde el tabaco hasta la ingesta de determinados medicamentos), lo mejor es consultar con un profesional para un blanqueamiento seguro que actúe sobre las manchas pero no perjudique al resto de la dentadura ni dañe el esmalte. Una de las técnicas más innovadoras es la colocación de unas férulas con gel blanqueador que el paciente se pone en casa, acompañada de una sesión de lámpara de luz fría en la clínica que sirve para potenciar la acción de las férulas.

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