Padres e hijos
La adolescencia es una de las etapas más complejas en la vida de cualquier persona: nadie te entiende, el mundo te asquea y cada cosa te molesta. Es un momento muy difícil para los que la sufren, pero también para los padres a los que, aunque la vivieron, les cuesta asimilarla.
Gretchen Schmelzer, afamada psicóloga licenciada por la Universidad de Harvard, escribió en 2015 una carta ficticia en la que se hacía pasar por un adolescente que quería hablar con sus padres. El objetivo de la misiva era hacer ver a sus progenitores que su mundo no deja de cambiar y que necesita comprensión para seguir avanzando.
'La carta que tu adolescente no puede escribirte', título de este texto, incide en la necesidad constante de la búsqueda de la personalidad propia e invitando a los padres a reflexionar, entender y acompañar a sus hijos, aunque a veces cueste.
"Querido padre/madre:
Esta es la carta que quisiera poder escribirte.
En este momento estamos en una lucha. Lo necesito. Necesito esta pelea. No puedo explicarte las razones porque no tengo el idioma para ello y de todos modos no tendría sentido. Pero necesito esta pelea. Mal. Necesito odiarte ahora y necesito que sobrevivas. Necesito que sobrevivas a que te odie y que me odies a mí. Necesito esta pelea, aunque también la odie. No importa de qué se trate esta vez: por la hora de volver a casa, por no haber hecho una tarea, por la lavandería, mi habitación desordenada, salir, quedarme, irme, no irme, novio, novia, no amigos, malos amigos. No importa. Necesito pelear contigo y necesito que pelees conmigo.
Necesito desesperadamente que sostengas el otro extremo de la cuerda. Aferrarme con fuerza mientras golpeo el otro extremo, mientras encuentro los asideros y los puntos de apoyo en este nuevo mundo. Solía saber quién era, quién eras, quiénes éramos. Pero en este momento no. En este momento estoy buscando mis límites y a veces solo puedo encontrarlos cuando estoy provocándote. Cuando llevo todo hasta el límite, entonces siento que existo y por un minuto puedo respirar. Sé que anhelas el niño dulce que fui porque también anhelo a ese niño, y algo de ese anhelo es lo que me duele tanto en este momento.
Necesito esta pelea y necesito ver que no importa cuán malos o grandes sean mis sentimientos. No nos destruirán ni a ti ni a mí. Necesito que me quieras incluso en mi peor momento, incluso cuando parece que no te quiero. Necesito que te quieras a ti y a mí por los dos en este momento. Sé que apesta ser rechazado y etiquetado como el malo. Por dentro siento lo mismo, pero necesito que lo toleres y que otros adultos te ayuden. Porque yo no puedo hacerlo en este momento. Si quieres reunir a todos tus amigos adultos y tener un 'festival de ira-grupo-apoyo-para-sobrevivir-tu-adolescente', me parece bien. O hablar de mí a mis espaldas, no me importa. Solo no te rindas. No te rindas en esta pelea. Te necesito.
Esta es la pelea que me enseñará que mi sombra no es más grande que mi luz. Esta es la pelea que me enseñará que los malos sentimientos no significan el final de una relación. Esta es la pelea que me enseñará a escucharme a mí mismo, incluso cuando pueda decepcionar a otros.
Y esta lucha en particular terminará. Como cualquier tormenta, estallará. Y lo olvidaré y tú también. Y luego volverá. Y necesitaré que te aferres a la cuerda otra vez. Necesitaré esto una y otra vez durante unos años.
Sé que no hay nada satisfactorio en este trabajo para ti. Sé que probablemente nunca te lo agradeceré y ni siquiera reconoceré tu apoyo. De hecho, probablemente te criticaré por todo este arduo trabajo. Parecerá que nada de lo que hagas será suficiente. Y, sin embargo, confío completamente en tu habilidad para permanecer en esta pelea. No importa cuánto discuta. No importa cuánto me enfurruñe. No importa lo silencioso que sea.
Por favor, agárrate al otro extremo de la cuerda. Así sabré que estás haciendo el trabajo más importante que alguien podría estar haciendo por mí en este momento.
Con amor, tu adolescente".