Violencia contra las mujeres
Casi un 50% de las víctimas no creen estar viviendo esta situación y más del 70% no denuncia ni tiene intención de hacerlo.
La evolución de la violencia contra las niñas y adolescentes ha empeorado drásticamente desde 2018 hasta el año 2022, un 39,7% más de menores han sido atendidas por este tipo de violencia. Esta es una de los hallazgos de la Fundación ANAR en su 'Estudio sobre la Evolución de la Violencia contra las Mujeres en la Infancia y Adolescencia'. Algo que recuerda, además, la existencia de teléfonos para denunciar como el 016 (violencia de género) o los propios de las fundaciones de ayuda como ANAR.
Teléfono para denunciar: 016
Sin embargo, el informe no solo se centra en un tipo de violencia. La fundación hace una división de cuatro tipos de violencia que se propician hacia las mujeres donde encontramos: violencia de género, violencia doméstica, violencia sexual y otro tipo de violencia física o psicológica.
La violencia en estos casos se puede dar de varias formas aunque todas llevan al mismo problema, problemas de salud mental. Podemos discernir entre:
Es importante recalcar que no hay un perfil fijo del tipo de agresor, cualquiera puede ser uno y siempre hay que estar observando. A pesar de ello, podemos diferenciar entre los dos más comunes dependiendo de la víctima.
Si la violencia está dirigida a una adolescente, el perfil suele ser del novio (57%); en un grupo de edad entre los 14 y 17 años (63,7%), solo 3 de cada 10 agresores son mayores de edad; el agresor tiene una posición de poder respecto a su pareja; solicita cambios de comportamiento de la pareja o realiza comentarios que van extendiéndose; y las chantajean y fuerzan a mantener relaciones sexuales o enviar archivos comprometidos.
Por otra parte, si la violencia es en el entorno, suele ser el padre (88,9%); suele ser una persona adulta (86,1%); en ocasiones, agrede física o psicológicamente a los niños; suele utilizar a los hijos de mensajeros para transmitir amenazas; y, cuando la pareja ya no vive junta, castiga a los menores con violencia vicaria.
Cuando se trata de pedir ayuda a un profesional, los datos son estremecedores. Hay una parte de víctimas que no son conscientes de ser víctimas de violencia de género (47,1%) y otra pare no denuncia al agresor ni quiere hacerlo (70,3%).
Además, casi la mayoría de los niños o niñas víctimas de violencia, no reciben tratamiento psicológico (un 71,2% en el caso de violencia en el entorno y un 69,1% en la violencia adolescente).