Ourense
El derrumbe de un muro junto a un colegio es el segundo que se produce en la ciudad gallega en los últimos meses.
Era el momento del recreo en el colegio Cardenal Cisneros de Ourense. Un centenar de alumnos disfrutaba en el patio cuando vieron cómo empezaba a caer agua. Los profesores decidieron enviar a los estudiantes a las clases y, tras ello, se inundó el vestíbulo del centro. Ante la cantidad de agua que caía tomaron la determinación de evacuarlos a todos y, minutos después, un enorme muro del edificio vecino se derrumbó sobre el patio donde, apenas unos instantes antes, jugaban los chavales.
La razón del desplome se encuentra en unas obras de canalización de gas que se estaban acometiendo en una calle cercana y que perforaron el hormigón de una de las tuberías. Posiblemente, debido a la densidad del agua, el muro colapsó y provocó que cayesen sobre el centro educativo una gran cantidad de piedras y tierra.
No fueron los únicos desalojados, ya que también media decena de familias que habitan en los edificios colindantes tuvieron que ser evacuadas. Una de estas personas, una anciana que precisa de un andador para caminar, fue rescatada por los bomberos y ya está realojada en un hotel.
Un susto enorme
Todo quedó solo en un enorme susto gracias, entre otras cosas, a la pericia y agilidad con la que los profesores alejaron a los alumnos de la zona afectada. Pero este episodio ha provocado que los vecinos de Ourense recuerden la tragedia ocurrida en octubre, cuando un alumno de un instituto murió y otro resultó herido al desplomarse el muro del vestuario de ese centro.
El colegio Cardenal Cisneros ha emitido un comunicado para informar a las familias de la suspensión de las clases durante la jornada de este jueves. El viernes regresarán al centro cuando las obras para acondicionar de nuevo el colegio hayan finalizado.