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Los sanitarios de Salt atienden a los pacientes a través de una verja tras el incremento de agresiones

Los sanitarios de un ambulatorio de Salt atienden a los pacientes detrás de una reja por las constantes agresiones y amenazas.

El personal del centrode atención primaria (CAP) Jordi Nadal de Salt, Girona ha decidido blindarse ante las agresiones. Por ello han puesto una reja metálica para atender todas las peticiones.

Así trabajan los sanitarios de Salt

A través del vallado, el personal sanitario entrega tarjetas sanitarias, recetas y ofrece atención a los pacientes. Lo han hecho como medida de urgencia después de comprobar un incremento de agresiones verbales, amenazas e insultos en los últimos meses. Dicen que han pasado de los aplausos a un trato vejatorio. "Ahora casi nos escupen".

La verja continuará hasta que no dispongan de vigilancia. "No hay personal de seguridad, pues tenemos que hacerlo de otra manera", explica Mireia González, una de las trabajadoras del ambulatorio.

En el caso de que los pacientes cuenten con una cita les hacen subir, dice Gemma Soler, auxiliar administrativa del centro. Sin embargo, esta medida no gusta a los propios pacientes que se quejan de esta situación. "Parece que estamos en la cárcel o que somos terroristas".

El colapso en atención primaria deriva en agresiones

Con las urgencias de los centros de salud cerradas, la presión pasa a los hospitales. "Necesitamos refuerzos y por ello los contratos covid se deben mantener", alertan desde los sindicatos médicos.

Precisamente, en Madrid sólo se renueva un 35% de los contratos, mientras que en Andalucía algo más del 50%. "Esto hace que el ambiente sea tenso y que las demoras cada vez sean mayores. El usuario se enfada y aumenta el riesgo de agresiones".

Sin médicos por las amenazas

El pasado verano, los médicos españoles denunciaron un aumento de las agresiones graves durante la pandemia de coronavirus. Según las estadísticas, desde enero a agosto del pasado año fueron casi 500 agresiones. Más de la mitad, las cometieron mujeres.

De hecho, a mediados de agosto el centro de salud en el barrio de La Coma en Paterna, en la provincia de Valencia, se quedó sin profesionales sanitarios. Todos ellos pidieron la baja después de recibir constantes agresiones por parte de los pacientes que acudían a él.

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