Encierros San Sebastián de los Reyes
El reto es transmitir cada mañana, la emoción, el miedo, la adrenalina, el peligro, la victoria o el fracaso. Así se retransmite un encierro en directo.
El encierro es un espectáculo frenético, inundado de matices, repleto de caras y lleno de gestos. Siempre he dicho que bastaría con congelar cualquiera de los millones de planos que ofrecemos cada mañana, para ver una fotografía llena de fuerza en la que podríamos identificar multitud de sensaciones. Nuestro objetivo debe ser transmitirlas y, desde luego, no es fácil.
El primer desafío es logístico. Hay que poner ojos a cada centímetro de los 800 metros del recorrido. Para ello se despliegan casi 3 kilómetros de cable que hay que colgar de las fachadas, de las farolas o de los tejados. Ese será el hilo conductor de nuestras cámaras. Después hay que configurar una unidad móvil capaz de recibir la señal de las 14 cámaras que hay en el recorrido. Esos objetivos están dispuestos en grúas y andamios situados en los puntos exactos desde los que se puede ofrecer la mejor perspectiva del espectáculo.
Pero más allá del impresionante despliegue técnico está el reto humano. Hay que ser capaces de utilizar esa infraestructura de la mejor forma posible para que nadie se pierda nada. Cada uno de los operadores de cámara tendrá a la manada en su campo de acción durante solo unos segundos. Y en ese corto espacio de tiempo tiene que decidir cuál es la mejor opción. Imaginemos que la manada viene partida, pensemos que pueden venir tres toros por delante y el resto por detrás, etc... Hay que elegir y muchas veces no es fácil.
Toda esa información llegará a la unidad móvil y será el realizador quien decida, en tiempo real, qué cámara pinchar y porqué en cada momento. No hay apenas margen para dudar, solo se puede ejecutar. Junto a él está su equipo de grafistas, operadores de sonido, iluminadores u operadores de vídeo. Estos tendrán que desarrollar mil ojos para ver descubrir las situaciones y los peligros, para poder ofrecer las mejores repeticiones.
Y luego está la narración, los comentarios, las entrevistas y el equipo a pie de calle para informar de todas las novedades... Cada uno tendrá que estar concentrado al máximo trasladar todas las novedades en tiempo real de una forma rigurosa.
"Me apasiona narrarlos"
En mi caso, me apasiona narrarlos. El encierro habla por sí mismo, y por eso lo dejamos con su sonido ambiente cada mañana. Luego en las repeticiones es cuando podemos revelar a los ojos del espectador, los muchos momentos destacados de un espectáculo tan rápido como rico en imágenes.
El reto es transmitir cada mañana, la emoción, el miedo, la adrenalina, el peligro, la victoria o el fracaso… Todas son sensaciones difíciles de explicar y sin embargo muy sencillas de ver si se dejan atrapar, como nosotros, por un espectáculo único.