Colmenar Viejo
La niña también ha ratificado ante el juez que su madre y ella recibían golpes de manera frecuente a manos de su progenitor, llegando incluso a dislocarle la clavícula en una ocasión.
El suceso de Colmenar Viejo por el que una pareja fue detenida por maltratar a sus ocho hijos menores de entre 4 y 14 años que, además, vivían en condiciones de insalubridad, sigue dando que hablar a medida que se conocen más detalles. Hemos conocido las últimas declaraciones de una de las hijas que ha ratificado ante el juez que su madre y ella recibían golpes de manera frecuente a manos de su progenitor, llegando incluso a dislocarle la clavícula en una ocasión. Además, el padre las exploraba para comprobar si habían mantenido relaciones. La chica ha alegado presuntos tocamientos, aunque sin detallar cuándo se produjeron y cuántas veces.
Cada vez se conocen más datos de este estremecedor suceso. El juez Javier Abella, titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Colmenar Viejo, ha practicado en la mañana de este viernes la prueba preconstituida de la menor de cara a que su testimonio pueda reproducirse en un posible juicio. Es una diligencia encaminada a evitar lo que se denomina como 'victimización secundaria'. Ya se realizó otra prueba similar hace una semana con otra de las niñas presuntamente maltratadas. Esta niña es la que alertó en el colegio de que lo sucedía en su casa, tras lo que el pasado 29 de marzo practicó la detención del matrimonio.
La reconstrucción
En la reconstrucción de este viernes, una de las menores ha contado su testimonio en una exploración realizada en una cámara Gesell, que es un espacio acondicionado con dos ambientes separados por un vidrio de visión unilateral, con el fin de evitar el hostigamiento y su revictimización. En su relato, la joven manifestó que desea volver a vivir con su madre que esta "jamás" la ha golpeado ni a ella ni a sus hermanos. Sin embargo, sí ha dicho que su padre sí lo hacía y que incluso en una ocasión vio que su madre tenía un moratón en el ojo. Ella también era objeto de golpes de manera frecuente, manifiesta que en una ocasión le dislocó la clavícula.
Además, cuenta que su padre le cerró las redes sociales en septiembre después de que le pillara entrando en espacios no propios para su edad. De hecho, le impidió quedar con sus amigos porque decía que eran "tóxicos" y no la dejaba salir a la calle por los suspensos. También les restringían la comida por problemas económicos. Ha reconocido "invenciones" para evitar broncas con su progenitor, sobre todo en el ámbito sexual con chicos de su instituto.
El médico y su esposa están en libertad provisional y sobre el investigado pesa una orden de alejamiento respecto a su mujer. El hombre es médico de urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid y sigue en activo. El investigado niega haber maltratado tanto a su mujer como a sus hijos. Por su parte, el juez ha dado traslado al fiscal para que se pronuncie sobre si levanta la medida cautelar a instancias de la acusación particular. También se ha citado a declarar a varios familiares de la pareja para que certifiquen el supuesto maltrato.
La Guardia Civil acusa al matrimonio de maltratar a sus ocho hijos, a los que obligaban a "malvivir" en una habitación, teniendo prohibido pisar el salón. Castigaban a los menores con maltrato físico o dejándolos a la intemperie en el patio de la vivienda.