Galicia
Se espera que este jueves se de comienzo a las labores de limpieza a cargo de una empresa contratada para ello. Mientras tanto, la ciudad herculina continúa con montañas de basura al lado de los contenedores
Ratas, gaviotas picando las bolsas de basura y moscas, muchas moscas. "Es insoportable. No podemos abrir las ventanas de casa porque entra de todo, además de mal olor", se queja una vecina del centro de la ciudad. Pero, ¿qué ha ocurrido para que el conflicto dure ya un mes?
Los trabajadores de la empresa concesionaria solicitaron, inicialmente, un incremento de sueldo y una serie de mejoras salariales. Además de no cumplirse ninguna de sus exigencias, fueron sancionados y pidieron entonces que se retirasen esas multas para comenzar a trabajar con otras condiciones. Desde el Ayuntamiento advirtieron que no iban a ceder ante "chantajes" y el problema se enquistó. Tanto, que un mes después la basura sigue en las calles.
Tras un ultimátum, el pasado viernes, lanzado por la alcaldesa, Inés Rey, de 72 horas para recoger la basura, los empleados de la concesionaria se negaron, de nuevo, a hacerlo. Este lunes, a las 15:41, se decretó entonces la emergencia sanitaria.
En el año 2022 la ciudad de A Coruña vivió una situación similar, pero entonces duró a penas unas semanas. ¿Por qué tanta demora ahora? Esta vez, aseguran los vecinos, "se ha tardado mucho en actuar porque ninguna de las partes ha querido ceder lo más mínimo". Mientras, han sido los residentes, los comerciantes y los turistas los que están sufriendo las consecuencias de esta falta de negociación. "Nadie entiende porqué no se ha actuado antes", dicen.
Desde el comienzo de la huelga se han producido casi un centenar de incendios, esta misma madrugada han ardido otros siete colectores pero ¿quién está detrás de todo esto? En la ciudad muchos acusan a algunos de los empleados de la empresa concesionaria de la recogida de basura de ser los causantes de estos actos vandálicos, particularmente a los pertenecientes al sindicato.
Parte de las llamas han afectado a vehículos estacionados en las calles, a fachadas de edificios y a negocios. "Uno de los incendios reventó el cristal de una óptica y tuvo a los vecinos en vilo media noche porque las llamas llegaban a las ventanas", explica Leandro, presidente de la asociación vecinal del barrio de Elviña, consciente del trabajo que están realizando los bomberos cada noche.
Muchos coruñeses ya hablan de una "mafia" cuando se refieren a los que están provocando estos fuegos. Pero, por ahora, las autoridades no han detenido a nadie. "Es difícil porque había que pillarlos infraganti. Ellos prenden los contenedores y salen corriendo", explica otro vecino. Desde el Ayuntamiento se estima que el gasto en mobiliario urbano supera ya los 280.000 euros.
Debido al cúmulo de basuras que se pueden encontrar en cualquier punto de la ciudad, los establecimientos lo sufren. El mal olor o la aparición de ratas junto a los desechos ha provocado que, por ejemplo, algunos bares no puedan poner las terrazas, ya que es desagradable para los clientes, a parte del poco hueco que hay.
"Los clientes se quejan porque vienen aquí para que su ropa quede limpia y con buen olor. ¿Crees que es posible? No podemos dar un buen servicio así. Es imposible", dice Lucía, trabajadora de un centro de planchado, asediado por cartones y materia orgánica.
La mayor parte de las asociaciones vecinales de la ciudad están hartos de la situación. Se han llegado incluso a concentrar frente al Ayuntamiento. "Queremos que nos escuchen, que sepan cómo lo estamos pasando y que pongan solución a esto", dice Leandro, representante de uno de estos colectivos.
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