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Protestas en Ferraz

Protestas de Ferraz con muñecas hinchables en la noche previa a la investidura: "No es una sede, es un puticlub"

Miles de ciudadanos volvieron anoche a darse cita en Ferraz para continuar con las protestas contra la ley de amnistía.

Unas horas antes de que arranque el debate de investidura de Pedro Sánchez, se volvió a celebrar anoche otra concentración contra la amnistía. Se trata de la decimosegunda consecutiva en las inmediaciones de la sede nacional del PSOE.

Según fuentes de la Delegación del Gobierno en la Comunidad de Madrid, unas 1.300 personas se congregaron, una cifra superior a la víspera, pero distante del récord de 8.000 manifestantes del pasado jueves, día festivo en la capital.

Las protestas reunieron manifestantes con muñecas hinchables

Las protestas, centradas en rechazar la ley de amnistía, continúan dejando diferentes imágenes cada día. En esta ocasión, un grupo de manifestantes irrumpió con, al menos, 20 muñecas hinchables al grito de consignas provocativas. Esta acción se sumó a cánticos que hacían referencia a la condonación de parte de la deuda catalana, y al grito de: "No es una sede, es un puticlub". Algo que ha generado un ambiente tenso en la zona.

La actividad social y económica del barrio se ha visto afectada durante días, algo que ha causado molestias entre residentes y propietarios de locales. En las calles adyacentes como Quintana, Buen Suceso y Ferraz, los vecinos parecen llevar a cabo actividades habituales, alejados en su mayoría del núcleo de las protestas. La sucesión de manifestaciones ha creado un escenario donde los grupos se organizan de manera constante, afectando la normalidad del entorno.

Dos sectores diferenciados en las manifestaciones

La dinámica en la calle Marqués de Urquijo muestra una reunión tranquila entre grupos. La distribución espacial ha creado dos sectores diferenciados: los manifestantes más jóvenes y radicales se ubican en primera línea, mientras que familias de mayor edad se sitúan más alejadas.

A medida que avanza la noche, los cánticos se tornan más acalorados, con consignas cargadas de tonos extremistas y diversos insultos, algunos de los cuales son dirigidos hacia la prensa presente en la zona.