ZARAGOZA | REANUDAN LA BÚSQUEDA DE PILAR CEBRIÁN
Agentes de policía rastrean un nevero artificial abandonado en Ricla, Zaragoza. Se trata de un pozo de unos ocho metros de profundidad y otros ocho de ancho lleno de escombros.
Está a poco más de 100 metros de la casa familiar donde vivía la desaparecida. Es uno de los cinco lugares marcados durante el 'test de la verdad' por Antonio Losilla, sospechoso de la muerte de su mujer.
A Losilla se le mostraron en torno a 40 fotos y la onda P300 de su cerebro reaccionó al cien por cien ante cinco de ellas.
Desde hace dos meses la Policía los ha ido rastreando de manera discreta. Las nuevas búsquedas no han dado, de momento, resultado.
El abogado de procesado tiene recurrida la prueba y su validez dependerá de la decisión de los tribunales.
"Mi cliente es inocente y, entonces, es absolutamente imposible que se encuentre algún resto en ninguna parte porque mi cliente ni ha matado a nadie-, afirma el abogado Javier Notívoli-. Al margen de eso, la prueba médicamente tiene toda la fiabilidad del mundo y jurídicamente las opiniones están divididas".
El pasado jueves se realizó esta prueba por segunda vez en España. Fue a Miguel Carcaño, condenado por la muerte de Marta del Castillo.
Los resultados tardarán varios días, aunque el neurofisiólogo que la realizó asegura que todo va por el buen camino.
El cerebro de Carcaño podría haber reaccionado ante la imagen de una escombrera, según el padre de la joven desaparecida. Las miradas pueden volver a fijarse en el entorno de la Majaloba, el último lugar en que se buscó alguna pista.