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El padre de la niña a la que extrajeron del cerebro una aguja de dentista: "Era una pesadilla tan surrealista que no podía salir mal"

El padre de la pequeña Sara ha atendido este martes a Antena 3 Noticias para hablar de este inédito caso.

Sara tiene cinco años y es la protagonista de una historia con final feliz. A Sara la llevaron al dentista para tratarse una caries, pero la aguja de la anestesia llegó al sistema nervioso y se quedó clavada en su cerebro. Afortunadamente se encuentra bien. Se le ha realizado operación inédita y muy complicada que le ha salvado la vida y ella se ha recuperado sin secuelas.

Antena 3 Noticias ha podido hablar con el padre de la pequeña, Josep María Bunyol. "La verdad es que nos tocó la lotería por partida doble. Lo que pasó fue absolutamente excepcional. Los médicos nos comentaron que no se conoce ningún caso en que una aguja migre desde la mejilla a través de los pequeños orificios que conectan la mandíbula con el cerebro hasta arriba", ha contado.

Un caso "excepcional"

El padre de la pequeña ha relatado cómo lograron salvar a la pequeña: "Entonces se inicia un protocolo muy diferente del que inicialmente estaba previsto que era retirar de la boca esta aguja para hacer algo totalmente nuevo. Y ahí fue cuando volvimos a tener mucha suerte. Y además de la suerte, la calidad técnica, profesional y humana del equipo técnico del Hospital Sant Joan de Deu que atendió a Sara".

Los sanitarios se percataron de lo que estaba pasando "muy rápido". "En el momento de poner la jeringuilla y retirarla, tanto la madre que estaba sujetando la cabeza de Sara, como el resto de personas que estábamos allí, vimos que pasaba algo. Dos dentistas más vinieron a ayudar y fue cuando se dieron cuenta que intentar retirar la aguja era peor porque se iba hundiendo más dentro de la mejilla", ha relatado el padre.

Bunyol ha señalado que "al llegar al hospital, en principio, la aguja no tenía que pasar de allí. No se podía retirar si no era mediante una intervención quirúrgica, pero fue más adelante que se complicó". "No se sabe muy bien" lo que pasó. Los médicos comentaron que mediante "métodos artificiales no pueden pasar por estos orificios si se lo proponen, pero seguramente influyó el bombeo de la sangre, también el movimiento de los músculos de la masticación".

"Sufrimos nosotros"

Sara no sufrió dolor, "los que sufrimos fuimos nosotros. En algún momento la aguja subió". "La operación era más complicada y Sara no se despertó hasta que el peligro hubiera pasado. Luego le hemos contado que tenía una aguja en el cerebro y que el doctor fue quien le sacó la aguja. Cuando lo supimos, te llaman y piensas que la aguja está ya fuera. Cuando te dicen que la cosa se complica, lo que nos sostuvo y a lo que nos aferramos era al pensamiento de que era tan irreal, una pesadilla tan surrealista que no podía salir mal", ha asegurado el padre.

La pequeña se recuperó con una facilidad asombrosa y entre risas, sus padres nos explicaron que al día siguiente preguntó a los médicos si "podía hacer el pino" y que cuándo podía volver a nadar en la piscina. Su caso es tan excepcional que el equipo de Sant Joan de Déu, liderado por los doctores Hinojosa y Rubio, se publicará próximamente en una revista científica.

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