UN CASO MÁS EN BARCELONA
Vive en Berlín, por lo que decidió alquilar un piso que tiene en Barcelona. La casa está en el centro de la ciudad y lo alquiló por un precio de 1.800 euros al mes. Pero se dio cuenta de que su inquilino estaba realquilando la vivienda, ofertándola como piso turístico a 350 euros por día. Estaba haciendo un gran negocio; podría estar ingresando unos 10.000 euros al mes.
El propietario del piso se desplazó a Barcelona, entró en su piso y cambió la cerradura. El inquilino intentó entrar por la fuerza y al final, tras negociar, han decidido rescindir el contrato.