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Cambio de hora

Niños y ancianos son los grupos peor se adaptan biológicamente al cambio de hora

Esta madrugada a las tres serán las dos y empezará el horario de invierno. Este cambio de hora trae consigo menos horas de luz solar y los grupos que peor se adaptan son niños y ancianos.

Esta madrugada los relojes se atrasan para adaptarse al horario de invierno una práctica en la que muchos ven inconvenientes y que todavía está por resolver. Algunos ven la ventaja de dormir una hora más. Los que estén quizá de turno de noche, probablemente tengan que trabajar una hora más.

El cambio de hora es un problema sin resolver desde la década de los 70. Hace 3 años, Bruselas preguntó a los ciudadanos y el 84% de los europeos estaban en contra de cambiar la hora. Además, entre los españoles ese porcentaje subía hasta el 95%.

Para defender la medida, siempre se ha alegado un ahora energético del 5% que se traduce en unos 300.000 euros, pero ahora hay quienes dicen que este cambio horario también va a hacer que suba el precio que pagan por la luz. De hecho, para algunas familias numerosas es todo un rompecabezas y se resignan a aceptar que van a pagar 40 euros más en el próximo recibo.

Los más afectados, niños y ancianos

Con el cambio de hora, se altera el tiempo que pasamos de exposición a la luz y eso desequilibra el reloj interno que tarda varios días en registrarse. Los que peor se adaptan a esos cambios son las personas mayores y los niños.

El tiempo pesa en el ánimo y los cambios horarios todavía más. Los expertos aseguran que afecta más a las personas mayores, a los adolescentes y a los niños. Esto es así porque tienen unos hábitos más regulares que el resto de la población.

Este horario de invierno no convence a la mayoría, hay menos de luz solar y más fatiga, somnolencia y cansancio. Por ejemplo, en los niños hablamos de mal humor, cansancio, trastornos de sueño o bajo rendimiento. Algunos mayores también lo acusan, son gente de hábitos adquiridos y se encuentran algo desorientados con que a se haga de noche antes.

En el caso de los adolescentes, ellos también reconocen que durante la primera semana del nuevo horario se les hace todo más pesado y que sea de noche al levantarse y a la hora de merendar.

La realidad es que este cambio de hora no contenta a todos, pero esta noche habrá que cambiar las manecillas del reloj y atrasarlas una hora. A las tres, serán las dos.

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