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Bullying

Un niño de 11 años con autismo alza la voz contra el bullying que sufrió: "Os recomiendo decírselo a vuestros padres"

Aitor, un pequeño de 11 años que padeció bullying, hace un vídeo viral animando a todos los que lo padecen a contárselo a su gente cercana: "A los que queráis, pero que sean de confianza".

La lucha de Aitor no ha sido un camino de rosas en el breve período de tiempo que lleva en su vida, puesto que es tan solo un niño de 11 años. Este pequeño, que padece autismo y síndrome de Tourette, ha querido contar su propia experiencia con el bullying para ayudar a quienes estén en una situación similar. Y lo ha hecho en un vídeo que se ha vuelto viral en las redes, donde insta a denunciar esta práctica, que, por desgracia, es cada vez más común.

En el vídeo, el pequeño Aitor anima a no callarse nunca por miedo, dado que, si siguen padeciendo el bullying, los matones no se conformarán nunca y seguirán yendo a por más: "Yo os recomiendo a todos decírselo a vuestros padres, porque yo no se lo decía nunca cuando me lo hacían y una vez se lo dije y me ayudaron". Asimismo, anima a los niños a "que avisen a todos los padres, a sus profesores, etc. A los que queráis, pero que sean de confianza".

Este niño, a sus 11 años, se ha convertido en todo un ejemplo de lucha contra el bullying, y en una inspiración para que esta práctica empiece a ser finiquitada cuanto antes. El hecho de que el bullying continúe siendo una práctica habitual en los colegios tiene cada vez más preocupada a la comunidad educativa, más si se tiene en cuenta que se hace a una edad muy temprana en los últimos tiempos, y ahora, con ayuda incluida de las redes sociales.

¿Qué castigos hay contra el bullying?

El bullying, en casos donde se produzca entre menores de edad, debe ser regulado por la Fiscalía de Menores, que puede llegar a ordenar el internamiento de los acosadores, o expulsarles del colegio si no lo hacen los directores de los centros educativos. No obstante, el incremento de casos de bullying ha provocado que se exijan medidas mucho más duras para poner punto y final a este tipo de práctica, que ha traído consigo consecuencias dramáticas.

Como Aitor, muchos adolescentes han estado a punto de quitarse la vida, superados por la situación de acoso que estaban viviendo. Y ha habido incluso quienes se han terminado quitando la vida. Sin embargo, el ejemplo de Aitor invita al optimismo y también supone toda una reflexión para los mandamases de la comunidad educativa, a quienes se exige más mano dura con este asunto y que no se dé carta blanca a los matones que acosan.

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