EN UNA PERSECUCIÓN EN EL ESTRECHO DE GIBRALTAR
La práctica habitual, ante el riesgo de ser alcanzados por la Guardia Civil, es que los narcos del Estrecho tiren la droga al mar. Pero en esta ocasión, además de una bolsa con hachís, los traficantes arrojaron por la fuerza, justo delante de la patrullera, a un menor inmigrante.
El menor era parte de la mercancía. Además de la droga, traficaban con personas. Todo ocurría a más de 200 metros de la costa. El chico iba muy abrigado para soportar el frío de la travesía. La ropa mojada era un peso que tiraba de él hacia el fondo. Además, no sabía nadar, por lo que dos agentes tuvieron que lanzarse al agua para rescatarle y subirle a bordo.
Tras reanudar la persecución, los narcos fueron capturados. Se enfrentan a cuatro delitos, entre ellos tentativa de homicidio.