Opinión
El director de las Noticias de la Mañana recuerda cuando los sanitarios eran aplaudidos cada día durante la pandemia de coronavirus. Dos años y medio después, salen a la calle para denunciar que están desbordados.
Esta es la situación. Huelga de médicos de atención primaria en Cantabria. Paro indefinido de las urgencias en Madrid. Anuncio de movilizaciones en Navarra, en Cataluña, en Murcia, en Valencia...y podría seguir. Doctores que reciben a 70 enfermos al día. Bajas por ansiedad. Agresiones físicas e insultos de pacientes que pierden la cabeza, los modales y la educación, posiblemente desesperados también, después de esperar semanas o meses para una cita o una prueba.
Talento alimentado con nuestros impuestos del que sacan provecho otros
Faltan médicos y los que tenemos, muchos, deciden emigrar. Emigrantes con bata como antes se nos iban a hacer la vendimia a Francia o a trabajar a las fábricas de Alemania. Ahora, se ganan la vida en los hospitales de esos países o en los hospitales del Reino Unido donde llegan a cobrar tres veces más que aquí. En la mayoría de los casos, talento formado en nuestras universidades y hospitales públicos alimentado con el dinero de nuestros impuestos del que sacan provecho otros.
¿Se acuerdan cuando salíamos cada día a los balcones a aplaudir a nuestros sanitarios? ¿A decirles que no estaban solos? ¿Orgullosos de ellos? ¿Qué ha pasado, qué hemos hecho? Con permiso, a lo Vargas Llosa me pregunto: ¿En qué momento se jodió nuestra sanidad?