DURANTE SU RETRANSMISIÓN EN DIRECTO
Una nueva noche de disturbios se ha vivido en el barrio barcelonés de Gràcia, donde se han reproducido los enfrentamientos entre jóvenes y fuerzas antidisturbios de los Mossos d'Esquadra que comenzaron este lunes por la noche por el desalojo del llamado "banco expropiado". Los incidentes han tenido esta vez como víctimas también a los periodistas, a los que han dificultado el ejercicio de su trabajo. En concreto, la reportera de Antena 3 Blanca Basiano, mientras estaba informando en directo en Noticias 2, ha sido hostigada por uno de los 'okupas' de la marcha. Algunos de los manifestantes han llegado a arrojar latas a los profesionales que estaban narrando la marcha.
Después de una manifestación pacífica en otro barrio barcelonés, el de Sants, donde se encuentra de Can Vies, otro inmueble ocupado cuyo desalojo generó hace ahora dos años violentos incidentes, otra manifestación convocada en el barrio de Gràcia, en el que se encuentra el "banco expropiado", una antigua sucursal bancaria ocupada en 2011, ha acabado con incidentes.
Estos incidentes han comenzado poco después de que las puertas del "banco expropiado" que fueron tapiadas con planchas metálicas tras su desalojo hayan logrado ser reabiertas por manifestantes, lo que ha generado la intervención de los Mossos d'Esquadra.
Tras la manifestación que había comenzado en la plaça del Diament y que ha reunido a unas 300 personas, un nutrido grupo de jóvenes se ha dirigido al "banco expropiado", ubicado en la Travessera de Gràcia, y algunos de ellos han logrado abrir una de las planchas metálicas con la que fue tapiada ayer la puerta del local. Poco después, los Mossos d'Esquadra han hecho acto de presencia en el lugar, lo que ha generado los primeros enfrentamientos con los manifestantes, que han volcado contenedores y han lanzado objetos contra las fuerzas antidisturbios, que han realizado cargas.
La policía ha desalojado a los jóvenes que habían conseguido introducirse de nuevo en el "banco expropiado" y ha acordonado la zona, lo que ha hecho que los alborotadores se dispersaran por las calles adyacentes.