Agresiones sexuales
Según relatan las víctimas, el catequista se ganaba su confianza con regalos para practicarles tocamientos y felaciones cuando estaban solos. El acusado fue detenido y puesto en libertad con cargos mientras se investiga si hay más menores agredidos.
Presunto escándalo sexual en una iglesia evangélica de Móstoles, Madrid. La Policía investiga las denuncias de varias víctimas que habrían sufrido agresiones sexuales por parte de un miembro de esa institución. Las presuntas víctimas son menores de entre 7 y 14 años.
Los agentes detuvieron al catequista acusado en octubre de 2023 y, tras tomarle declaración, le dejaron en libertad con cargos con una orden de alejamiento sobre los menores agredidos. Mientras, avanza una investigación que busca posibles nuevas víctimas del responsable de la iglesia.
Alguno de los menores ha asegurado haber sufrido tocamientos y felaciones por parte del catequista, unas situaciones que siempre ocurrían cuando este se encontraba a solas con los niños.
La primera denuncia fue hace seis meses, cuando una familia relató ante la Policía que su hijo de 7 años les contó que un miembro de su iglesia evangélica le había agredido sexualmente. Incluso aseguró que le había realizado tocamientos y felaciones y había intentado penetrarle.
Poco después, otras tres familias denunciaron situaciones similares, detallando que este "mentor" de la congregación -cargo similar a un catequista- era muy cariñoso con los niños y se ofrecía a cuidar de ellos mientras los padres estaban en el culto.
Al parecer, el acusado se ganaba la confianza de sus víctimas hasta el punto de acudir a reuniones familiares como podían ser cumpleaños. Algunas de las presuntas agresiones que denuncian las víctimas se habrían producido en sus viviendas, además de en la propia iglesia.
Cuando los pastores de la iglesia, que son los superiores directos del "mentor", supieron de los posibles abusos le interrogaron, pero él lo negó y pidió el traslado a otro centro evangélico, que fue aceptado. Después, se negó a declarar ante la Policía y el juez.
Según recoge EFE, las familias se quejan de la inacción de la Fiscalía, que no ha pedido que el acusado ingrese en prisión, a pesar de que en el juzgado se comportó de forma "desafiante" delante de las familias de los menores.
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