Incendio discotecas
El incendio en Teatre y La Fonda acabó con la vida de 13 personas el pasado 1 de octubre.
En la madrugada del 1 de octubre en Murcia se vivió uno de los episodios más trágicos en los últimos años en la ciudad. Un incendio arrasó con dos discotecas y 13 personas murieron. Meses más tarde, el informe del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento del Ayuntamiento de Murcia detalla que las salidas de emergencia de los locales estaban cerradas con candados.
Según este informe que ha sido remitido al juzgado que investiga la tragedia, los bomberos tuvieron serias dificultades para acceder a la discoteca Teatre por la puerta trasera de emergencia el día del incendio porque la salida tenía en su cara interna "una reja de acordeón cerrada a dos alturas con candados".
Sobre las 07:07 horas, una hora más tarde de comenzar las llamas, los bomberos intentaron acceder a la discoteca por la parte de atrás por un callejón en el que "se encuentran numerosos obstáculos y enseres acumulados". En este callejón los efectivos tuvieron que forzar dos puertas que estaban bloqueadas con cadenas y candados que daban "acceso en primer lugar a la puerta trasera de emergencia de la discoteca Golden".
Esa sala comparte la misma nave que Teatre y La Fonda, pero al acceder a ella, los bomberos comprobaron que el fuego no la había afectado, sino que se encontraba solo colapsada por el humo. Las autoridades llegaron después "a una de las puertas de emergencia de la discoteca Teatre", donde se vieron obligados a forzar su apertura "mediante la herramienta halligan" compuesta por una garra, una hoja y un pico que se emplea habitualmente para la apertura forzosa de puertas.
En aquella cara interna de esa salida de emergencias había "una reja de acordeón cerrada a dos alturas con candados". No pudieron usarla para desalojar la discoteca, que fue evacuada por su puerta principal. Sin embargo, ninguno de los muertos se hallaron en Teatre, fue en la Fonda Milagros.
Las discotecas Teatre y La Fonda Milagros tenían a sus espaldas una orden de cierre de hace más de un año. Se les ordenó dejar de operar, pero los locales no cumplieron dicho mandato por lo que ambos funcionaron "sin autorización desde la orden de cese de la actividad" que dictó el ejecutivo socialista en enero de 2022.
Ni Teatre ni La Fonda Milagros cumplieron la orden de cierre, pero lo cierto es que era obligación de los servicios de inspección comprobar su cumplimiento y es aquí donde se aviva la polémica y las distintas versiones. Desde Fonda Milagros aseguran que tenían licencia pero que la documentación se encontraba dentro del local y que "se ha quemado", mientras que la portavoz de Teatre detalló que el dueño le aseguró que sí tenía permiso.
El Ayuntamiento de Murcia reconoció que hay más locales en la ciudad sobre la que pesa una orden de cierre y cese de actividad pero que seguían abiertos.