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El Hospital del Juguete dice adiós tras décadas de historia

El problema del relevo generacional se hace visible en el negocio familiar de Antonio Martínez Rivas, que cerrará el próximo 30 de diciembre.

En este hospital, el cirujano va en bata blanca y los pacientes son algo peculiares. Una muñeca, un dinosaurio y un coche son algunos de los ingresados en el Hospital del Juguete. Antonio Martínez, su dueño, lleva 50 años en el negocio familiar y ahora ha decidido decir adiós.

“Empezaron mis padres en 1945 con la fabricación del juguete que había entonces”, comenta. En los años 50, con la llegada del plástico a España, su familia se especializó en la reparación de juguetes. Su madre recorría todas las jugueterías con un “taxi de mercancías”, mientras su padre los reparaba para entregarlos la semana siguiente.

En el colegio era “la envidia de los amiguetes” y gran parte de él, gran parte de su día transcurría en el taller. Antonio se empezó a dedicar a la reparación con 15 años, a pesar de que sus padres tenían otros planes para él. “Se empeñaron en que estudiara banca, pero a mí eso no me iba”, asegura. Este ‘doctor de juguetes’ ama su trabajo y eso se nota. Más de una vez ha pasado el día entero en el trabajo sin ser consciente de la hora que es, hasta el punto de recibir llamadas de su mujer para saber si iría a cenar. “No me doy cuenta, se me pasa el tiempo volado”, apunta.

Se ha convertido en uno de los establecimientos más emblemáticos de Madrid. Tras cinco décadas de trabajo, Antonio ha decidido retirarse. “Con 70 años no trabajas igual que con 40 y estoy pasando por una situación complicada de enfermedad”, explica. Ya es hora de que este ‘cirujano’ pueda disfrutar con su familia.

No pierdan la oportunidad de visitar el Hospital del Juguete, en Calle Granada 36 de Madrid, antes de su cierre el próximo 30 de diciembre. Seguro que consiguen hacerse con algún tesoro escondido.

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