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Necrópolis

Hallan una necrópolis en Alicante con tumbas con padres abrazados a sus hijos de la primera pandemia

Las excavaciones apuntan a que muy posiblemente la peste sí llegó al sur de Alicante y dejó una necrópolis diferente a otras.

Tumba en la necrópolisEFE

Una necrópolis de época bizantina del siglo VI d.C. a orillas del río Segura en Rojales, Alicante, se ha convertido en el vestigio más antiguo en la península de la primera pandemia global documentada. Esta fue bautizada como 'peste justiniana', con una treintena de tumbas con padres y madres abrazados a sus hijos por la repentina infección.

La necrópolis se sitúa en una duna fósil del yacimiento de Cabezo del Molino de Rojales. El relato que esconden sus restos mortales es el resultado de varias campañas de excavaciones que forman parte del plan de investigaciones del Museo Arqueológico de Alicante (MARQ).

El proyecto cuenta con la colaboración del Instituto Max Plank de Jena y la antropóloga Susana Gómez González, de la Universidad de León.

La directora de la excavación, la arqueóloga del MARQ Teresa Ximénes de Embún, explicó a 'Efe' que hasta ahora se han encontrado 62 cuerpos sepultados en una treintena de tumbas que cronológicamente coinciden con el primer brote de la peste bautizada con el nombre del emperador romano de oriente Justiniano.

Población joven

Las excavaciones apuntan a que muy posiblemente la pestesí llegó al sur de Alicante y dejó una necrópolis diferente a otras debido a que "el tratamiento de los individuos en su forma de enterramiento es emocional, sin fosas comunes y con una organización cementerial por agrupaciones familiares".

Entre las tumbas se halló una en la que un adulto abraza a un niño, como un varón de entre 20 y 25 años a un menor de unos 6 años, o donde una joven sostiene un bebé en brazos. "Se trata de una población joven con muertes prematuras que nos advierten que existió un proceso infeccioso en la comunidad", dice la arqueóloga.

La 'peste justiniana' llegó a causar miles de muertos diarios en la capital bizantina, Constantinopla. Está considerada como una de las más primeras y mortíferas pandemias de la historia.

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