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Terremoto de Turquía

El fundamental trabajo de los perros de rescate españoles, que ya han salvado vidas en el terremoto de Turquía

Dos perros españoles realizan en Turquía una labor fundamental en el rescate de supervivientes. Desde el pasado lunes, han conseguido encontrar con vida a tres personas entre los escombros de varios edificios.

Fara y Mía siguen trabajando sin descanso en el terremoto de Turquía. Son dos de los mejores perros de rescate del mundo y en cinco días han encontrado a varios supervivientes en la provincia de Kilis. Mientras estas dos pastores malinoise intensifican la búsqueda en tierras turcas, en la localidad madrileña de Las Rozas, algunos de sus compañeros de cuatro patas siguen entrenándose para estar en condiciones de entrar en acción en cualquier momento. Brus, también pastor malinoise, es el encargado hoy de iniciar los ejercicios, como se puede ver en el vídeo de la parte superior. Después de buscar el rastro, en pocos minutos encuentra su recompensa entre los escombros, un cuerpo con vida. "Los perros diferencian perfectamente entre un cuerpo con vida y un cuerpo sin vida. Todo es gracias al olor que desprendemos", afirma Rubén Bosch, guía canino de Protección Civil de Las Rozas.

Trabajo intenso en situaciones extremas

Sin los perros, sería imposible salvar la vida de personas en un terremoto

Debido al estrés y los nervios, los perros de rescate en catástrofes trabajan en periodos de tiempo cortos y de manera muy intensa. Las condiciones del terreno, con numerosos cascotes y elementos peligrosos para los animales, hacen que su labor no se deba extender más de los 15 minutos en cada turno, tiempo suficiente para acotar una zona y inspeccionarla con el máximo detalle. Los dos ejemplares de pastor malinoise de Protección Civil de Las Rozas destinados en Turquía ya han encontrado a tres personas con vida entre los escombros de varios edificios. Mientras tanto realizan su trabajo, otros ocho perros se siguen ejercitando diariamente en Madrid a la espera de tener que entrar en acción en la provincia de Kilis.

Dos años de adiestramiento

Desde su nacimiento hasta el momento en que están preparados para trabajar en catástrofes, cada perro tiene que pasar dos años de adiestramiento, tiempo en el que se le enseña a familiarizarse con los olores, ruidos y ambientes que se viven alrededor de cada tragedia. Durante la semana desarrollan varias acciones y ejercicios prácticos para adaptarse a cada una de las situaciones especiales a las que tienen que enfrentarse.

Mientras Fara y Mía se encuentran a miles de kilómetros haciendo historia, en Las Rozas, Brus, Bowie, Rojan y Togo esperan su oportunidad de viajar a Turquía para hacer lo que más les gusta; salvar vidas.

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