Caso Mateo
La mujer ha querido permanecer en el anonimato por miedo a las represalias.
La investigación en torno al brutal asesinato de Mateo, un niño de 11 años en Mocejón, Toledo, sigue su curso mientras emergen nuevos detalles sobre el presunto asesino, un joven de 20 años que se encuentra bajo custodia de la Guardia Civil. Entre las revelaciones más impactantes se encuentra el testimonio al que ha tenido Antena 3 Noticias en exclusiva de una mujer que trabajó en un centro de educación especial al que acudía el detenido, quien ha decidido romper su silencio para denunciar los antecedentes violentos del joven, quien, según ella, ya había mostrado comportamientos agresivos en el pasado.
Esta mujer, que por temor a represalias ha decidido mantener su identidad en el anonimato, cuenta cómo fue víctima de una brutal agresión por parte del joven. En su relato, detalla cómo, en una ocasión, mientras trabajaba como técnico especialista en el centro, fue alertada por unos niños que el joven estaba lanzándoles piedras en el patio. Al intentar mediar en la situación, el joven la agredió violentamente. "Le agarré e intenté detener la agresión, pero se dio la vuelta y empezó a golpearme de una manera brutal", explica. Según su testimonio, fue derribada y golpeada repetidamente en la cabeza hasta que otros profesores acudieron en su auxilio.
El impacto de la agresión fue tal que la mujer tuvo que ser atendida en urgencias por múltiples contusiones. El parte médico certifica las lesiones sufridas, y ella misma confiesa que durante el ataque pensó que perdería la vida. "Pensaba que acababa conmigo", recuerda con evidente angustia. Desde entonces, sigue de baja laboral y padece pánico a volver a trabajar, especialmente después de ver al joven en las noticias como el principal sospechoso del asesinato de Mateo.
Mientras tanto, la Guardia Civil ha avanzado en la búsqueda de pruebas que puedan esclarecer el caso. Recientemente, encontraron lo que en un principio parecía ser un hallazgo clave: un cuchillo que podría haber sido utilizado en el crimen. Las imágenes muestran a dos agentes inspeccionando una zona cercana a la casa del detenido, donde se halló el objeto punzante. Sin embargo, más tarde se descubrió que el cuchillo pertenecía a una vecina que lo había olvidado allí mientras cortaba hierba, lo que descartó su relación con el asesinato de Mateo.
Poco después se encontró un nuevo cuchillo que, tras ser analizado, aseguraron que tenía restos biológicos humanos. Lo encontraron en un descampado próximo a la calle Dalí de la localidad toledana. Ha sido un operario de limpieza del Ayuntamiento quien ha avisado a los agentes tras avistar el cuchillo.
El joven detenido, que confesó el crimen poco después de ser arrestado, ha sido descrito por su familia como una persona con una discapacidad psíquica del 70%, aunque no sigue ningún tratamiento médico. Según su padre, el joven llevaba una vida normal y nunca había tenido problemas previos de conducta, una afirmación que contrasta con los antecedentes violentos revelados por la trabajadora del centro de educación especial.
El proceso judicial que se avecina será complejo, pues deberá determinarse si la discapacidad del detenido influirá en la pena que se le imponga. Expertos en derecho penal y psiquiatría forense coinciden en que el juez probablemente ordenará un examen psiquiátrico para evaluar si el joven era consciente de la gravedad de sus actos al momento de cometer el crimen.
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