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Este es el motivo por el que ha quedado libre el hombre que mató, asó y troceó a Romina Celeste

Raúl Díaz, acusado de matar, descuartizar y deshacerse de los retos de su mujer quemándolos en una barbacoa y dispersándolos después en distintas zonas de la isla de Lanzarote, ha quedado en libertad tras pasar cuatro años en prisión preventiva.

Esta misma mañana ha sido puesto en libertad el presunto asesino de Romina Celeste, la primera víctima de violencia de género de 2019, que fue asesinada y descuartizada. Su marido, quien ha sido puesto en libertad, se deshizo de los retos de su mujer quemándolos en una barbacoa y dispersándolos después en distintas zonas de la isla de Lanzarote. La familia de la víctima se encuentra indignada.

El motivo de su puesta en libertad no es otro que el de la falta de su juicio, tras el cumplimiento de cuatro años en prisión preventiva. La acusación particular acusa a Raúl Díaz de un delito de maltrato habitual, uno lesiones en el ámbito de violencia de género, homicidio, profanación de cadáver y simulación de delito, por presentar una denuncia falsa sobre la desaparición de Romina.

Por otro lado, la abogada Emilia Zaballos coincide con la Fiscalía en que aún no se ha señalado juicio por los continuos recursos de la defensa, que ha cambiado en cuatro o cinco ocasiones, con el fin de dilatar la instrucción. Tanto la Fiscalía como la acusación particular alertan de que existe riesgo de fuga.

Así fue la muerte de Romina

Romina Celeste era una joven paraguaya de 29 años. Su marido denunció su desaparición a la Guardia Civil una semana después de los hechos, tras las recurrentes llamadas de la madre de Romina. Este fue detenido el 13 de enero de ese año.

La Guardia Civil intervino el teléfono del sospechoso. En una conversación telefónica con un allegado relató cómo se había deshecho del cuerpo de su mujer. Además, en su declaración afirmó que volvió a su casa del municipio de Teguise (Lanzarote) la noche de Año Nuevo y la encontró muerta. Es por ello por lo que dice que se asustó, descuartizó el cuerpo y quemó los restos en una barbacoa que tenía en el jardín. Los vecinos llamaron insistentemente a la puerta tras ver las llamas y percibir el hedor y el individuo les dijo que "estaba haciendo un asado".

Los investigadores nunca encontraron el cadáver, salvo un trozo de pulmón de la víctima. Por tanto, no se pudo conocer la causa de la muerte. Además, el 30 de diciembre la mujer había acudido al Hospital de Lanzarote con lesiones. Su marido se presentó en las instalaciones antes de que la atendieran y se la llevó de allí. En consecuencia, no se emitió el parte ni se activó el protocolo de posibles malos tratos.

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