Vejez
Las sensaciones que experimentamos con este traje es de fatiga, ansiedad, ahogo y mucho cansancio.
Ahora es posible meternos en la piel de los mayores gracias al traje de la vejez que simula la sensación de envejecimiento. El objetivo es que los trabajadores sociosanitarios experimenten esas limitaciones físicas y sensitivas que padecen las personas a las que cuidan.
Hablamos en Antena 3 Noticias con Sergio Serrada. Él es uno de los investigadores que ha participado en el estudio que ha llevado a cabo la Universidad Rey Juan Carlos en colaboración con la Fundación de La Caixa y con la Consejería de Derechos sociales y bienestar del Principado de Asturias: "Vivimos muy rápido y a veces a las personas mayores les pedimos que actúen con rapidez, no nos damos cuenta de que ellos cuentan con unas limitaciones que les impiden ir al mismo ritmo que nosotros. Las habilidades de empatía de los sanitarios con los mayores mejoraron tras probar el traje y las respuestas de los compañeros y compañeras que lo vivenciaron son positivas".
Gema Postigo, fisioterapeuta de la Residencia Reina Sofia de las Rozas, es una de las sanitarias que ha probado el traje y reconoce que llevarlo puesto aunque sea poco tiempo le ha ayudado a empatizar más con los mayores con los que convive cada día en la residencia: "Probarlo me ha cambiado en el trato con mis mayores, ahora soy más paciente con ellos. Soy consciente de lo que padecen, la suerte que tengo es que cuando me quito el traje yo me libero y vuelvo a sentirme bien, y ellos no pueden hacerlo porque sus cuerpos, sus años y sus dolencias les pesan".
Es ella quien nos ayuda a enfundarnos el traje de la vejez. Comenzamos por los pies que nos limita la movilidad y además aumenta la inestabilidad a la hora de caminar. Los lastres en las muñecas nos dificultará subir los brazos.
Nos adapta la rodillera que nos limitará la flesoextensión de la rodilla. Nos adaptamos el chaleco que pesa unos siete kilos y que al ajustarlo nos impide respirar con normalidad, sentimos sensación de ahogo, nos merma la capacidad respiratoria y pulmonar.
Las cervicales son también un punto débil para los mayores, por eso no puede faltar el collarín que nos impide la movilidad cervical y los cascos que nos colocamos y nos aíslan completamente, apenas podemos oír. La visión es otro de los sentidos que se resienten con la edad, por eso los investigadores presentan seis tipos de gafas que simulan las patologías más frecuentes que sufren las personas de edad avanzada, como son las cataratas, la diabetes, la degeneración macular, el glaucoma o el desprendimiento de retina. Cuando nos ponemos los guantes nos influye en el movimiento y en las articulaciones de los dedos dando la sensación de padecer artrosis o artritis, que son enfermedades degenerativas.
Las sensaciones que experimentamos con este traje es de fatiga, ansiedad, ahogo y mucho cansancio, anulas los sentidos y estás aislado de cualquier estímulo externo, la sensación de agobio crece por minutos.
Hablamos con Teresa y Gregorio, dos de los residentes que nos cuentan que ahora a raíz de esta iniciativa se sienten más comprendidos. "Hay cosas y movimientos que nosotros no podemos hacer, antes nos decían venga, que no es para tanto, tú puedes... y ahora sin embargo, son más conscientes de nuestras limitaciones y de nuestra falta de reflejos. Estamos muy contentos, además aquí siempre nos cuidan con mucho cariño", nos cuenta Teresa con una sonrisa que lo dice todo.