FRAUDE EN EL ETIQUETADO
Jamones granadinos que en realidad vienen de Polonia o anchoas del Cantábrico pescadas en Marruecos, son dos de los muchos ejemplos de fraudes en la denominación de origen. Se dan muchos casos en los que productos que no tienen calidad reconocida o que no proceden de donde aseguran provenir son sometidos a triquiñuelas para confundir a la sociedad e incitar a su consumo.
Los pimientos de padrón, por ejemplo, no proceden en su mayoría de Galicia como venden en el envasado, sino que vienen de Marruecos o del sur de España. Lo mismo sucede con el jamón vendido como 'de capa blanca' que realmente viene desde Holanda, Italia o Polonia.
En ocasiones el consumidor no sabe que compra, por lo que es importante fijarse en sellos que certifican la calidad y la originalidad del producto.