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El juicio por el asesinato de un agente de la Guardia Urbana continúa en la Audiencia de Barcelona a la espera de resolver todas las incógnitas que rodean este caso.
Según la Fiscalía, Rosa Peral y Albert López urdieron un plan para incriminar a una tercera persona en el asesinato de Pedro Rodríguez. Las pruebas indicarían que los acusados llevaron el teléfono móvil de la víctima hasta la puerta del domicilio del examrido de Rosa con el fin de relacionarle con el crimen.
Ahora, 'Espejo Público' ha conseguido sentarse a hablar por primera vez en televisión con Ruben, el exmarido de Rosa Peral y padre de sus dos hijas.
En la entrevista, Rubén lamenta que "este tiempo ha pasado muy lento, con vértigo" y que tiene muchas "ganas de que acabe todo" porque es "una historia muy complicada que te afecta mucho personalmente y no quieres acabar de creerte que sea cierto".
Respecto a lo que siente al escuchar todo lo ocurrido, Rubén explica que tiene sentimientos enfrentados porque no puede "dejar de pensar que es la madre de mis hijas". "Solo quiero que se aclare todo y si han hecho algo que asuman las consecuencias", añade.
Preguntado sobre cómo era su vida con Rosa cuando estaban casados, Rubén explica que era completamente normal, "una vida familiar con altibajos a nivel de pareja pero un día a día normal".
El móvil de la víctima fue situado en su domicilio
Según los datos que maneja la Fiscalía, los acusados llevaron el móvil de la víctima hasta el domicilio de Rubén para que la investigación llevara a los agentes hasta él.
Sin embargo, Rubén nunca se sintió señalado por la investigación porque se fue enterando de todo por la prensa. "Una vez que ha pasado todo es cuando te enteras de ese plan que había. Yo estaba muy tranquilo y en ningún momento me sentí perseguido ni involucrado", asegura.
Preguntado sobre si ha pensado en lo que hubiera pensado si la investigación le hubiera señalado a él, Rubén dice no querer pensar en eso: "El que lo ideó no consiguió que fuese efectivo y me quedo con eso".