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La edad de acceso a la pornografía baja hasta los ocho años y a los 14 su uso es generalizado

Expertos alertan que la edad en la que los niños comienzan a ver pornografía a los ocho años. También explican que el tipo de pornografía que ven es "especialmente vejatoria para la mujer y muy machista". El acceso de los menores a la pornografía se ve favorecido por el acceso a los dispositivos móviles.

La edad del primer acceso a contenidos pornográficos gratuitos en España ha bajado hasta los ocho años, mientras que a partir de los 14 el consumo de esta nueva pornografía, “especialmente vejatoria para la mujer y muy machista”, ya es generalizado. Así se desprende del estudio ‘Nueva pornografía y cambios en las relaciones interpersonales’, elaborado por la Red Jóvenes e Inclusión Social y la Universitat de les Illes Balears (UIB), que ha sido presentado este miércoles en unas jornadas en Santiago en las que se ha destacado la importancia de la educación sexual para combatir esta lacra.

"Estamos viendo cómo esta nueva pornografía, más machista y vejatoria, está siendo la principal fuente de educación afectivo sexual de nuestros jóvenes: el 80 % de ellos dicen que no recibieron educación o que ésta fue insuficiente", ha apuntado el presidente de la Red Jóvenes e Inclusión Social, Carlos Rosón. Rosón, quien también es director de Igaxes, ha alertado de que esta pornografía, cuyo consumo está muy vinculado al primer acceso a los dispositivos móviles, es “aparentemente gratuita” y forma parte de “una estrategia de derivación hacia redes de prostitución y trata”.

El presidente de Jóvenes e Inclusión ha establecido una correlación entre el hecho de que esta pornografía esté sustituyendo a la educación sexual y la proliferación en los últimos años de agresiones sexuales en grupo, las “manadas”. “No es casualidad que hace cinco años las manadas fuesen un fenómeno estadísticamente irrelevante y hoy haya más de cien judicializadas, igual que no es casualidad que el vídeo más visto de esta nueva pornografía sea el de una violación en grupo”, ha proseguido. Rosón entiende que “tampoco es casualidad que cada vez más hombres piensen que forzar a la pareja a mantener relaciones sexuales no es violación” o que haya habido un repunte “en la venta de muñecas hinchables en modo violación”. Al ser preguntado por la posible solución a este fenómeno, el director de Igaxes ha llamado a “seguir investigando para poder hablar de datos o de opiniones e intuiciones” y, sobre todo, “hacer una reforma profunda de la educación afectivo sexual como forma de establecer una prevención”.

En esta reforma sería imprescindible “la creación de alianzas” entre administraciones, sociedad civil, comunidad educativa y, de forma fundamental, las familias. “No podemos caer en el error de banalizar ni este tipo de pornografía, que no es la misma de siempre, ni tampoco los intereses económicos que hay detrás: el negocio del sexo, la pornografía y la prostitución es uno de los más lucrativos del mundo junto con el tráfico de armas y el de estupefacientes”, ha alertado. Rosón ha admitido que esta pornografía es “un enemigo muy difícil de batir”, ya que, además, “el perfil del consumo es en solitario, por lo que no hay un elemento de crítica”, y es necesario “dialogar mucho con los jóvenes, que tengan claro a qué están accediendo y qué están viendo”.

“Cuando éramos jóvenes nosotros buscábamos ‘tetas’ en el diccionario; ahora, si los jóvenes ponen ‘tetas’ en Google lo primero que sale son páginas pornográficas y lo segundo, contactos hacia la prostitución”, ha relatado. Por último, el presidente de Jóvenes e Inclusión ha recordado que el 90 % de los jóvenes que participaron en la encuesta admitió haber accedido a esta pornografía en los últimos cinco años; ante el conocimiento de que un joven consume estos contenidos, la receta es clara: “diálogo, diálogo, diálogo y espíritu crítico”.

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