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Los dos sospechosos del crimen de la Guardia Urbana, Rosa Peral y Albert López, han presentado sus escritos de defensa de cara al juicio que se celebrará por jurado en la Audiencia de Barcelona y, en ellos, los examantes se culpan mutuamente del asesinato de Pedro R., pareja de ella, y piden la absolución. El primer escrito en trascender, este martes por la noche, fue el de Peral, en el que aseguró que Albert López --con quien habían sido amantes-- estaba obsesionado con ella y no aceptaba su nueva relación con Pedro R., y que el 1 de mayo se presentó en su casa de Vilanova i la Geltrú (Barcelona) cuando estaba ella, sus dos hijas menores --de 4 y 6 años-- y la víctima, "ataviado con guantes y una braga y portando una mochila en el hombro, de la que sobresalía un palo".
Obligó a Rosa Peral a que le entregara su teléfono móvil, mostrándole que llevaba consigo su arma reglamentaria, y a continuación, Rosa Peral escuchó "muchos golpes muy fuertes" en el sótano de la casa, donde estaba Pedro R., y una o dos horas después pudo ver a Albert López en el patio con una hacha y con salpicaduras de sangre en la cara, según su versión.
La defensa de Rosa Peral, Olga Arderiu, asegura en su escrito que "si bien intentó llamar a la policía, no pudo hacerlo dado que Albert López le había confiscado su teléfono móvil y el teléfono fijo de casa no funcionaba; además, el pánico que sentía por lo que pudiera pasar a sus hijas, la paralizaba". En la misma línea, justifica que tardara unos días en acudir a la policía porque estaba atemorizada por Albert López, que la amenazaba a ella y a sus hijas, y por ese mismo motivo le acompañó hasta el pantano de Foix (Barcelona), donde, según su versión, Albert López hizo explotar el coche de Pedro R. con su cuerpo dentro --donde fue hallado varios días después, el 4 de mayo de 2017--.
La versión de Albert López es totalmente contraria: su abogado, José Luis Bravo, asegura que su relación se basó en contactos esporádicos y que se enfrió porque él no quería nada más serio, si bien admite que se enfadó al descubrir la relación de Rosa Peral y la víctima, por lo que le mandó "mensajes enfurecidos" y dio por finalizada la relación.