Según informa el Instituto Armado | operación 'Valdivias'
La Guardia Civil, en la denominada operación 'Valdivias', ha desarticulado un grupo criminal itinerante de 'aluniceros', responsable de multitud de robos en establecimientos de las provincias de Badajoz, Cádiz y Sevilla. Según informa el Instituto Armado en un comunicado, se han detenido un total de 13 personas, los cuales se desplazaban desde Sevilla en turismos de dos modelos concretos.
El grupo desarticulado era tan activo que cometía robos casi tres veces por semana, principalmente en tiendas de telefonía móvil, perfumerías, estancos y establecimientos de paquetería. En la operación, asimismo, se han recuperado diez turismos que habían sido sustraídos, además de multitud de efectos procedentes de los robos.
La operación se inició tras la comisión de un robo, en un establecimiento de telefonía móvil de la localidad de Chipiona (Cádiz), por el procedimiento de ruptura violenta con mazas de los cristales del escaparate del establecimiento. Tras acceder al mismo, sustrajeron una gran cantidad de material.
Las investigaciones revelaron la existencia de un grupo criminal afincado en las barriadas sevillanas de Los Pajaritos y Torreblanca, que se había especializado en el robo de turismos de dos modelos concretos, para lo que utilizaban un clonador de la señal de apertura del mando a distancia. Robaban estos vehículos en cuestión de segundos, hasta el punto de robar uno de ellos casi cada día.
La banda alquilaba turismos a nombre de personas afines a los asaltantes con los que se desplazaban por las provincias de Cádiz, Sevilla o Badajoz y realizaban las vigilancias de sus objetivos. Una vez seleccionado el establecimiento que alunizar, estrellaban uno de los coches robados marcha atrás en el escaparate. En un par de minutos abandonaban el lugar cargados con su botín, el cual traspasaban a los vehículos alquilados y dejaban el turismo robado abandonado en cualquier lugar.
Al día siguiente vendían la mercancía robada a un receptador, que les pagaba en metálico. El ritmo de vida que llevaban era tan frenético que el dinero les duraba pocos días, por lo que tenían que volver a salir a conseguir más. Este 'modus operandi' impuso a los investigadores un gran ritmo de trabajo, entre seguimientos, gestiones judiciales, labores policiales y miles de kilómetros de desplazamientos para poner freno a estos presuntos delincuentes.