Agresión sexual
El acusado está en prisión provisional, comunicada y sin fianza, tras pasar el lunes ante el juez.
En el municipio de Álora, Málaga, un hombre de 58 años ha ingresado en prisión tras ser acusado de agredir sexualmente a las dos nietas de su pareja, ambas menores de edad.
Según informa el diario 'Sur', la madre de las niñas fue la que presentó la denuncia ante la Policía Nacional después de que la mayor de ellas le contara los supuestos abusos sexuales. La progenitora descubrió los hechos después de indagar en el asunto, ya que le resultó sospechoso que su hija le advirtiese de que no quería ir a casa de su abuela, lugar en el que vivía el investigado.
Además, durante la testificación, la madre remarcó que el hombre también abusó de ella y de su hermana pequeña durante su infancia, agresiones que nunca llegaron a denunciar hasta ahora.
Las dos niñas fueron asistidas el pasado sábado 24 de agosto en el Hospital Materno Infantil de Málaga, presentando una de ellas signos compatibles con posibles abusos sexuales. El acusado, siguiendo el protocolo establecido, fue arrestado esa misma noche en su domicilio por efectivos del Instituto Armado.
El pasado lunes, el hombre pasó a disposición del juzgado de guardia de Fuengirola, localidad en la que se presentó la denuncia, y se decretó su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza en relación a las supuestas agresiones sexuales perpetradas a las nietas de su pareja.
La Policía Nacional se ha hecho cargo de la investigación del caso. Actualmente, tal y como ha indicado el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), la investigación continúa abierta y no se descarta la existencia de más víctimas de abusos por parte del acusado.
En Málaga, la Policía Nacional ha detenido a un hombre de 41 años por haber llevado a cabo, presuntamente, cuatro delitos de agresión sexual en la vía pública y en portales de viviendas a mujeres de entre 40 y 65 años.
Tal y como indican desde la Policía, el modus operandi del sospechoso seguía un patrón: perseguía a sus víctimas desde la calle hasta los portales de sus residencias, donde las agredía tocándoles las zonas íntimas sin su consentimiento. Hubo uno de los casos en los que la agresión incluyó penetración. Si alguna de las mujeres intentaba resistir, las agarraba con más fuerza para poder continuar con su ataque.
La policía ha podido identificarlo gracias a unos tatuajes que resultaron ser claves para la investigación. Tras analizar las imágenes, los investigadores citaron a las víctimas para poder llevar a cabo un reconocimiento fotográfico en las dependencias policiales, en la cual todas identificaron al agresor.
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