SUCEDIÓ EN JULIO DE 2014
La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a 14 años de cárcel a Cristian V.L., de 36 años, por intentar matar a su expareja con una maza de albañil, con la que la golpeó en un centro médico de la capital reiteradamente en la cabeza, las manos, el costado y las rodillas.
Deberá indemnizar a la víctima con 53.000 euros por las lesiones sufridas y con 33.227 por las secuelas
Según la sentencia, a la que ha tenido acceso Efe y contra la que cabe recurso, además de los años de cárcel, el tribunal prohíbe al procesado aproximarse a menos de 1.000 metros a la víctima a cualquier lugar donde ésta se encuentre, ya se a en su casa, en su lugar de trabajo o cualquier otro que frecuente, y a comunicarse con ella por cualquier medio durante 15 años.
También deberá indemnizar a la víctima con 53.000 euros por las lesiones sufridas y con 33.227 por las secuelas, además de privarle de la patria potestad sobre el menor hijo de ambos durante el tiempo de la condena.
Los hechos tuvieron lugar el 5 de julio de 2014 cuando el acusado, de nacionalidad rumana al igual que su víctima, con animo de acabar con la vida de su expareja se personó en el centro médico de la capital provisto de una maza de albañil, ya que sabía a que esa hora la mujer estaba trabajando allí. Cuando la víctima le abrió la puerta, el acusado aprovechó que su expareja se giraba hacia el interior del establecimiento para golpearla de forma reiterada con la maza en la parte de atrás de la cabeza, en las manos, el costado y la rodilla izquierda.
La mujer perdió el conocimiento durante un tiempo y cuando lo recobró salió a la calle, pidió auxilio y fue trasladada en una UVI móvil al hospital Gómez Ulla, donde tuvo que ser intervenida quirúrgicamente dada la gravedad de las lesiones. Tras su acción, Cristian V.L. se dirigió a la comisaría de Torrejón de Ardoz (Madrid) y manifestó haber matado a su mujer golpeándola con un martillo e indicó a los agentes el lugar de los hechos. Los policías se dirigieron allí e intervinieron la maceta o maza de albañil con mango de madera usada en la agresión, de 24 centímetros de largo y dos kilos de peso.
El procesado y la víctima tenían un hijo de siete año en el momento de los hechos, fueron pareja sentimental durante nueve años y convivían en el mismo domicilio hasta tres semanas antes del suceso.