Chinches
Esta plaga de insectos afecta a la Ruta Jacobea y algunos albergues han tenido que echar el cierre.
"No es similar a lo que ocurre en Francia pero es también un problema y nos afecta a todo el sector". Es lo primero que nos dice Jesús Fariña, gerente del albergue Doña Urraca, en la localidad pontevedresa de Caldas de Reis. Una plaga de chinches, presente desde hace varias semanas, ha supuesto un cambio radical en el curso del Camino de Santiago. Todos han tomado medidas y algún albergue, incluso, ha tenido que echar el cierre.
Uno de los más afectados es el albergue As Pozas Termais, en la misma localidad, que lleva cerrado desde agosto porque, pese a haber puesto en marcha el protocolo anti plagas, no han podido con los insectos. "Este centro está construido básicamente en madera y este material es propicio para las chinches. Hemos perdido mucho dinero, hemos anulado todas las reservas... Un desastre", se lamenta Jacob Pintos, gerente de este albergue.
Las chinches, comentan en el sector, han existido siempre pero este año la plaga se ha extendido más rápidamente. "Las altas temperaturas están detrás de todo esto", explican los hoteleros. Además, no se trata de un problema de falta de higiene, los insectos viajan en las mochilas de los peregrinos y, al almacenarse en las furgonetas pasan de unas a otras.
Es por esto que en muchos albergues, como en el de Jesús Fariña, extreman las precauciones. Cada vez que llega un peregrino debe depositar su mochila sobre una alfombra a la que se le ha aplicado un gel que acaba con los insectos. Además, en la recepción una persona se encarga de fumigar el equipaje antes de que pueda cruzar el pasillo. No solo eso, los peregrinos entran descalzos a las habitaciones y sus botas también se desinfectan, el equipaje queda fuera de los dormitorios y las fundas para los colchones son específicas. "Tenemos que poner todo lo que esté en nuestras manos para acabar con esto y que no suponga un problema para los viajeros", explica Jesús.