Criminalidad
Ted Bundy, Jeffrey Dahmer e incluso Daniel Sancho. Todos ellos tienen algo en común: un séquito de seguidoras. Este gusto por criminales se identifica como hibristofilia.
Nuestra sociedad ha vivido casos donde historias de amor surgían de los más tóxicos orígenes. Chicas que se enamoraban de hombres difíciles de tratar por su temperamento, chicos que sentían atracción por la mujer más rebelde... No es nueva la frase de "a mí me van los malos". Seguro que la has escuchado muchas veces. El problema no viene cuando sentimos atracción hacia personas rebeldes que rompen las reglas de forma superficial, sino cuando sentimos atracción por delincuentes como asesinos, ladrones o criminales en serie.
Esta atracción por la maldad extrema, resulta ser un peligro para la persona que se enamora. Hay que tener en cuenta que para la mayoría de la sociedad, este tipo de personas que hacen daño de alguna forma, se merecen pasar su vida en la cárcel. Sin embargo y en casos menos vistos, existen personas que sienten atracción sexual o romántica por estos criminales.
Este gusto por los criminales recibe un nombre no muy conocido pero que sirve para identificar el sentimiento que experimentan algunas mujeres: hibristofilia. Desde 'QuironSalud' informan que esto es una parafilia, un fenómeno psicológico en el que la persona siente una atracción sexual o romántica hacia individuos que han cometido actos delictivos o comportamientos socialmente inaceptables, particularmente aquellos de naturaleza violenta o criminal.
Este fenómeno psicológico puede surgir, según el portal de salud mencionado, por una variedad de motivaciones psicológicas, que pueden ser satisfacción por el poder, la peligrosidad o la transgresión de las normas sociales. Está relacionada con una serie de factores como por ejemplo la búsqueda de emociones intensas, el deseo de dominación o sumisión, la fantasía de redención o transformación del individuo delincuente o incluso la identificación con el comportamiento contra normas sociales percibidas por la persona enamorada como opresivas o restrictivas.
Lo peligroso de experimentar esta filia es que las personas que suelen tener este gusto por criminales suelen tener relaciones disfuncionales o incluso peligrosas con individuos que representan una amenaza para la seguridad y el bienestar emocional.
Las personas que tienen este tipo de filia suelen tener una serie de características:
Las causas de que se pueda sufrir este tipo de parafilia están relacionadas con antecedentes de abuso, baja autoestima, gusto por el estereotipo de hombre peligroso y la personalidad de narcisismo, maquiavelismo y psicopatía.
La historia está plagada de casos de esta parafilia. Historias de mujeres que han sentido atracción de algún tipo por los asesinos en serie más despiadados.
Los crímenes de Wade Wilson fueron horribles: mató a dos mujeres de forma brutal. Sin embargo, no se ha hecho conocido por esto, sino por sus seguidoras, que quieren librarlo de la condena a pena de muerte o cadena perpetua.
En un bar conoció a Kristine donde mostró interés en ella y se fueron juntos, durante la noche, Wade estranguló a la mujer en la cama mientras ella aún dormía.
Wade encontró en el camino de vuelta después del crimen a Diane Ruiz, a quien se acercó preguntándole por una dirección, cuando la madre de dos hijos estuvo cerca la atacó intentando estrangularla, creyendo que ya había perdido la vida la lanzó del coche, pero de pronto notó que Diane aún respiraba por lo que le pasó encima el coche 20 veces.
La defensa intentó sujetarse durante el juicio que Wade Wilson en que tiene una "mente enferma" y la "enfermedad de la adicción a las drogas".
Su aspecto ha hecho que se comiencen a hacer montajes donde se le romantiza e incluso se le sexualiza.
Daniel Sancho, hijo del actor Rodolfo Sancho, asesinó y descuartizó a Edwin Arrieta y posteriormente se deshizo de los pedazos de su cadáver. Un crimen atroz que, sin embargo, no ha espantado a las mujeres con esta filia.
"Lo guapo que está nuestro niño Daniel, ser tan guapi sí que es un delito", "chiques, en breve nuestro niño en España", "sé que nuestro niño es incapaz de matar. De hecho apuesto a que el cirujano estaba tan celoso que se desmembró a sí mismo para inculpar a Daniel y así arruinarle la vida", son algunos de los mensajes que clubes de fans del hijo del actor publicaban en redes sociales.
Este fenómeno psicológico ha sido motivo de estudio por los expertos en muchas ocasiones. La mayoría coinciden en los elementos principales por los cuales una persona quiere tener una relación amorosa con un delincuentes.
Ana Isabel Gutiérrez habló hace unos meses para Espejo Público sobre este tema y aseguró que esto es más habitual de lo que la gente cree: "Muchas de estas relaciones parten del pensamiento de que 'yo voy a cambiar al malote del instituto y me atribuyo a mí misma el conseguir unos logros'", explica.
La psicóloga forense Katherine Ramsland, ha escrito varios libros sobre asesinos en serie y ha entrevistado a mujeres que se habían casado con este tipo de perfiles criminales. La 'BBC' explica que Ramsland concluyó que todas creían que "con su amor podrían transformar a estos hombres malos".
Coincide la psicóloga, sexóloga y antropóloga Blanca Torres Cazallas. Explicó al medio mencionado que "combinan la atracción de verlos con tanta brutalidad y con tanta fuerza con el afán de conseguir que el hombre cambie". "Les atrae la idea de que ellas los puedan salvar, que puedan sacarlos del mundo en el que están y volverlos buenos", señala.
Este tipo de relaciones son tóxicas y pueden perjudicar a la persona que las vive, o bien de forma física porque el criminal le haga daño, o bien psicológica. Es importante tener en cuenta que lo ideal es mantener relaciones emocionales sanas y responsables.
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