gracias a un bypass gástrico
Los 307 kilos que pesaba hace un año Juan Manuel Heredia lo convirtieron en el hombre más obeso del país, un título que ha perdido gracias a un bypass gástrico que le ha dejado en los 136 que marca ahora la báscula, de ellos unos 40 de colgajos que se operará para dejar de estar en la piel de un obeso.
"Por las mañanas me levantaba ya asfixiado, no puedo bajar al garaje y coger el coche, ni ir al cine o con mis colegas a jugar al fútbol, no puedo hacer nada". Juan Manuel Heredia, un vecino de Algeciras (Cádiz) que ahora tiene 30 años, describía así su vida hace un año y medio, minutos antes de someterse en el hospital La Inmaculada de Granada a un bypass gástrico por laparoscopia para adelgazar 200 kilos y mejorar su calidad de vida.
Se puso entonces en las manos del doctor Carlos Ballesta, especializado en este tipo de intervenciones y dispuesto a combatir la comorbilidad extrema de su paciente, que padecía además apnea del sueño, diabetes, hipertensión incipiente, hepatitis grasa severa y dificultad respiratoria.
El gaditano anhelaba entonces jugar con su hijo, pasear o poder sentarse en la terraza de un bar sin que todo el mundo lo mirase, esas cosas sencillas que disfruta ahora cada día. Heredia ha regresado al mismo hospital en el que se operó con 171 kilos menos y dispuesto a someterse a otras tres intervenciones para eliminar los cerca de 40 kilos de colgajos cutáneos de piel y grasa que ahora le sobran en el abdomen, los glúteos, los brazos y las nalgas.
Ballesta ha recordado que hace 18 meses tenía una obesidad incapacitante que ha combatido con buenos hábitos y mucho ejercicio, gracias también a una operación sin complicaciones y al apoyo y la vigilancia de su esposa.
Ahora, en una segunda fase más estética que se prolongará durante unos seis meses para realizar tres intervenciones, Juan Manuel se despedirá también de las pieles y colgajos que le recuerdan quién fue, operaciones para eliminar unos 25 kilos de la barriga, otros cinco por cada lado de los muslos y el sobrante de brazos y nalgas.
"El cambio de vida ha sido brutal, de estar encerrado en casa a poder hacer una vida normal, montar en bici, en cualquier coche, sentarme en una silla, andar con mi mujer paseos de horas y horas y no cansarme", ha recalcado Juan Manuel, dispuesto a seguir avanzando y orgulloso de su esfuerzo y su fuerza de voluntad para alcanzar el cambio.
Ballesta ha recordado que el 5% de la población sufre una obesidad mórbida con riesgos severos para la salud y ha reconocido además que este tipo de operaciones no garantizan los resultados deseados en el cien por cien de los casos. Durante su comparecencia, Cristina, otra de sus pacientes, ha mostrado que esta moneda para cambiar de vida también tiene una cara "b", ese porcentaje de casos sin éxito que le tocó protagonizar y que hizo que perdiera solo unos 30 kilos tras una intervención similar a la del gaditano.
Todo lo contrario que el joven de Algeciras, que ha recalcado que ha cambiado por completo su alimentación, que come sano aunque su mujer le riña de vez en cuando por disfrutar de una pizza, pero que ya hace una vida normal que incluye ir al gimnasio por las mañanas, al mediodía o por la noche. "Lo único que me impide ahora una vida normal son los colgajos, que pronto desaparecerán, y seré una persona normal", ha resumido Juan Manuel Heredia.