Salud mental
Representan 60 de cada 100.000 habitantes. Las conductas de autolesión están en constante aumento, según un informe de “The Lancet Commission”. Al menos uno de cada seis adolescentes lo hace de forma habitual.
La autolesión puede adoptar muchas formas: como sobredosis de medicamentos, ingestión de sustancias nocivas, cortes, quemaduras o puñetazos. Cada año se producen al menos 14 millones de estos episodios en todo el mundo, con una ratio de 60 por cada 100.000 habitantes. Unas conductas que están en constante aumento, según un informe de “The Lancet Commission”, especialmente entre los más jóvenes. Al menos uno de cada seis adolescentes se autolesiona de forma habitual, eso sí, sin intención suicida.
“Para algunos es una forma de manejar un dolor insoportable. Sin embargo, para otros, la autolesión es un precursor del suicidio”, aseguran desde el comité internacional de la famosa revista científica. De hecho, la mitad de las personas que se suicidan tiene un historial previo de autolesiones. Un problema silencioso porque no todos los menores hablan de esta manera de hacerse daño. Solo el 16% de los que informan de estos episodios reconocen que ya lo habían hecho anteriormente.
Aunque la autolesión hay que entenderla como algo individual, hay que entender que ocurre en un contexto interpersonal, comunitario y social. Si cada vez vemos más jóvenes afectados se debe, entre otras cosas, al bullying, las redes sociales o la preocupación por la crisis climática y económica. Pero también influye la violencia y discriminación que sufren algunas mujeres y la comunidad LGBTQIA+, las minorías raciales o étnicas, los pueblos indígenas y las personas que viven en países de ingresos bajos y medianos.
En el caso de España esta crisis silenciosa es incluso peor. En nuestro país el 25% de los menores se autolesiona y este porcentaje crece cada año, especialmente entre los jóvenes de entre 15 y 24 años. Depresión, ansiedad, soledad son algunas de las causas que hacen que cometan estos actos como forma de manejar el dolor emocional y el estrés o mostrar malestar. Según la Fundación Anar los casos atendidos por ideación suicida se han multiplicado por 23 desde la pandemia y los intentos de suicido por 25. Y las estadísticas indican que el 2% de los adolescentes españoles intentará suicidarse en algún momento de su vida.
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