Persecución de narcolanchas
Los sindicatos de la Guardia Civil denuncian la falta de medios personales y materiales para hacer frente a las mafias del narcotráfico en el estrecho. Aseguran que sus embarcaciones son menos potentes y además están fuera de uso por estar averiadas.
La Guardia Civilcuenta con once embarcaciones en el Campo de Gibraltar para luchar contra el narcotráfico y, de todas ellas, seis están averiadas. Una de ellas, la Río Águeda, está inutilizada desde el pasado 31 de enero, cuando chocó en Sanlúcar de Barrameda con una narcolancha. En ese enfrentamiento murió uno de los presuntos narcos que podría pertenecer al clan de los que provocaron el choque en Barbate del viernes por la noche. La Río Águeda tiene 20 metros de eslora y se incorporó al servicio en 2015. Sin embargo, no tiene una gran operatividad para luchar contra el tráfico de drogas. Hay otras embarcaciones mucho más potentes que ya están a disposición de los agentes.
La operaciones de los agentes para interceptar narcolanchas en el Estrecho de Gibraltar siguen siendo su mayor quebradero de cabeza. Si años atrás fue Galicia, hoy el gran negocio de la droga está en el sur, donde se encuentra la ruta del 80% del hachís que llega a Europa. En el mar, los agentes de Aduanas y la Guardia Civil son los encargados de vigilar este tránsito que aumenta desde hace años, es para muchos 'el tráfico colombiano de la droga' en Europa. Las narcolanchas cruzan el estrecho en grupo, en pequeñas flotas que dan apoyo a la embarcación que lleva la carga. Suelen viajar unas tres lancha semirrígidas, casi siempre juntas, y dos de ellas intentan cruzarse para que los agentes no puedan perseguir a la embarcación, y así llevar la droga puede llegar a tierra. Todo a una gran velocidad a la que ponen en peligro sus vidas y las de los agentes.
La Guardia Civil amplió su flota en 2023 con una patrullera de 18 metros de eslora que cuenta con lanzagranadas y supera los 60 nudos, 110 kilómetros por hora, las más rápida del mercado. En los próximos meses las fuerzas de seguridad esperan contar con otra patrullera de intervención más, igual que la 'Río Flumen'. Cuenta con dos motores de 1.800 caballos cada uno y propulsores waterjets. El barco, que cuesta 1,87 millones de euros, está construido por el astillero Aister, que está especializado en embarcaciones de aluminio que además dispone de una gran maniobrabilidad que le permite hacer giros rápidos en poco espacio.
Sin embargo, los narcotraficantes no tienen límite de gasto y utilizan las planeadora más rápidas del mercado. Todo para llegar de forma veloz y sencilla a la orilla donde los narcos recogen los paquetes, cada fardo suele pesar unos 30 kilos. Y ese desembarco lo realizan en solo unos minutos. Cada persona que ayuda en este transporte suele cobrar unos 3.000 euros por descarga. Es dinero rápido, nada fácil, pero que en ningún caso merece la pena según ha confesado un narco en activo a Antena 3 Noticias. "Las penas de cárcel y arriesgar la vida por el tráfico de hachís es un lastre tanto para quienes cometen el delito como para sus familias", asegura el narco que lleva desde pequeño dedicándose al negocio de la droga.
Antes, las lanchas en las que se transportaba la droga llegaban a la costa y se escondían en embarcaderos, conocidos como guardería. Pero la prohibición de estas lanchas de gran envergadura, conocidas como planeadoras, ha cambiado la estrategia. Ahora esperan desde aguas internacionales a que el camino esté despejado, actúan rápidamente, desembarcan y vuelven a marcharse. Además, desde tierra también tienen ayuda, en una de las torretas de viviendas en la Línea la Policía ha desmantelado sofisticados sistema de radar que permitía el control de las embarcaciones de aduanas y Guardia Civil. En un recorrido de apenas 14 kilómetros, la droga que transportan multiplica su valor. Una carga de tres mil kilos de hachís que en Marruecos ronda los 600.000 euros en España superaría los 4 millones.
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