ES EL PRIMERO TRAS CASI 500 AÑOS

El 'Toro de la Peña' trascurre sin incidentes graves y sin alancear al animal

El primer 'Toro de la Peña' ha salido 15 minutos más tarde de lo previsto de corrales. Pese a la prohibición de que los lanceros abatan al animal tanto a pie como a caballo entre los asistentes se ha podido ver a gente con lanzas. A pesar de ello, se ha cumplido la Ley.

La villa de Tordesillas ha celebrado esta mañana, sin incidentes de gravedad, el festejo del Toro de la Peña en sustitución del tradicional 'Toro de la Vega', el primero sin lidia ni muerte después de casi 500 años.

Miles de personas han presenciado este espectáculo, un sucedáneo del Toro de la Vega, al que ha precedido una multitudinaria manifestación para reivindicar el torneo en su formato clásico después del reciente decreto, por parte del Gobierno de Castilla y León, que prohíbe la muerte en público de animales de festejos populares y tradicionales.

Lanzas simuladas, pancartas, proclamas contra el decreto han adornado balcones y portado numerosos aficionados y vecinos de la villa antes de la suelta del Toro de la Peña, un ejemplar de 670 kilos, cinco años y medio de edad, con el hierro de Jaralta y que lucía unas defensas de impresionante arboladura.

El astado, de nombre 'Pelado', ha realizado el mismo recorrido que el Toro de la Vega, desde las inmediaciones de la Plaza Mayor hasta el puente y a continuación al campo, donde ha sido recortado por mozos y protagonizado escenas de riesgo entre los centenares de corredores reunidos en esta zona.

El Toro de la Peña ha concluido con su encierro en los corrales del Prado del Zapardiel, aproximadamente una hora después de su suelta, en medio de un impresionante aguacero, al principio, y de una persistente lluvia que ha deslucido el encierro, en el que han participado unos doscientos jinetes, y favorecido la defensa de un animal que ha acusado una evidente mansedumbre.

Un mozo que portaba una lanza auténtica ha sido retenido e identificado por la Guardia Civil, uno de los escasos incidentes junto al registrado dos horas antes del encierro cuando partidarios y detractores del festejo han intercambiado insultos y se han agredido mutuamente.

No ha habido heridos por asta de toro ni tampoco cogidas en una jornada que ha registrado un descenso notable de visitantes y se ha caracterizado por el escrupuloso respeto a la norma que prohíbe la muerte en público del animal.

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