ESPAÑA ES EL PAÍS EUROPEO CON MÁS ESTAFAS
En el mundo de la alimentación cada vez son más habituales los fraudes. Los dos más comunes están relacionados con el pescado, en concreto con el atún rojo. El auténtico cuesta unos 40 euros el kilo y por eso muchos buscan alternativas como inyectar a una pieza de atún blanco aditivos de remolacha para darles ese color rojizo tan característico. Quienes entienden aseguran que es fácil destapar estos timos observando el color, la textura y el precio.
Por otro lado, también hay fraudes en el etiquetado. Un ejemplo lo tenemos en las anchoas que muchas se venden como anchoas de Santoña cuando en realidad son de Marruecos o de piscifactoría. Desgraciadamente España está a la cabeza de Europa en este tipo de engaños. Según los expertos el problema que tiene el etiquetado es que tiene una normativa muy dispersa. Pero como sucede con el Pulpo, solo el 25% de lo que consumimos es realmente de Galicia.
El problema del fraude alimenticio va mucho más allá del color y el sabor. Las mafias venden ejemplares hasta dos semanas después de ser pescados con lo que se ha perdido la cadena del frío generando histamina, una sustancia tóxica.