CIENTÍFICOS DEL CSIC
Según recuerdan los autores, cuando el sistema inmune ataca a las células del páncreas encargadas de producir insulina no hay mucho que hacer, lo que se conoce como diabetes tipo 1, y el único recurso que tienen los médicos es el de recetar insulina inyectable a estos pacientes.
Y a pesar de que con la insulina se puede tener controlada la diabetes, no existe cura y con los años puede acabar acarreando complicaciones serias, como problemas oculares, úlceras e infecciones en las extremidades, presión arterial y colesterol altos, o problemas renales.
Sin embargo, un grupo de investigación dirigido por Mario Mellado ha identificado una manera que evita que el sistema inmune ataque a las células del páncreas y, empleando un modelo murino de la enfermedad, los resultados que han obtenido parecen "bastante prometedores".
En colaboración con científicos de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), han demostrado que la hormona de crecimiento favorece la proliferación de los islotes pancreáticos, protege su integridad y tiene efectos sobre el sistema inmunológico, favoreciendo la presencia de macrófagos antiinflamatorios y, entre otras cosas, mantiene la actividad de la población de linfocitos T encargada de reducir la respuesta inmune (células T reguladoras).
El estudio remarca la importancia del control endocrino del las funciones asociadas al sistema inmunológico y sugiere que terapias basadas en análogos de la hormona de crecimiento podrían ser útiles en le tratamiento de la diabetes autoinmune.