INTERFIERE EN LOS PROPÓSITOS DE ADELGAZAMIENTO
No hace falta comerlos, basta con verlos. Surge entonces lo que se llama el 'hambre hedonista'. ¿Quién no ha sentido cierta culpabilidad al subirse a la báscula después de las fiestas? Pues no se apuren. No es que no tengan voluntad, es que les engañó su cerebro.
El doctor Carlos Diéguez explica este proceso: "Simplemente, la visión de determinados tipos de comida activa determinados grupos de neuronas en nuestro cerebro. La ingesta de alguna de esas comidas induce un efecto de placer y de activación de otros grupos de neuronas".
Algunos especialistas nos ofrecen un par de consejos muy útiles para aprender a comer. El primero, no exponer los alimentos más que en la comida. Y el segundo consejo es no comer demasiado rápido.