SEGÚN LA AECC
Lo primero, según la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), es registrar el consumo diario. Esto supone apuntar cada cigarrillo consumido de modo que al final del día puedas tener una visión clara de cuál ha sido tu consumo.
Los expertos recomiendan apuntar además aquellos periodos del día en los que no se fuma, para analizar mejor el hábito y observar así cómo evoluciona el consumo a lo largo del periodo de deshabituación.
Una vez que se conoce el número de cigarrillos que se fuma, lo ideal es ir reduciendo este dato de manera paulatina. Por ejemplo, la AECC recomienda acordar con alguien de confianza que se le pagará una cierta cantidad de dinero por cada cigarrillo que te fumes de más de los permitidos esa semana o esperar un poco antes de fumar y alargar el tiempo de espera a medida que pasan los días.
También recomiendan otros consejos como cambiar de marca a una que no nos guste y que sea baja en nicotina o fumar solo la primera mitad del cigarrillo.
Además de reducir la cantidad de cigarros, también es importante renunciar a aquellos que suelen ser los más difíciles para la mayoría de fumadores, como el de después de comer. Por ello aconsejan limitar el consumo de tabaco siguiendo pautas como no fumar hasta una hora después de levantarte, viendo la televisión, en la cama o mientras tomas café, cerveza o una copa.
Según la AECC el tabaco cumple una finalidad determinada según la situación en la que te encuentres, por ello la idea es eliminar el tabaco y sustituirlo por otra cosa. Así, cuando te entren ganas de fumar, deberías sustituirlo por masticar chicle, practicar ejercicios de respiración, beber zumos o agua o hacer trabajos manuales.
Una vez que el nivel de dependencia a la nicotina ha bajado de manera considerable después de semanas disminuyendo su consumo, dejar de fumar es mucho más sencillo.
Pero todo tiene que estar preparado para el día elegido para dejar de fumar. Ese día hay que organizarse las tareas para procurar estar lo más ocupado posible, esto disminuirá las ganas de fumar. Es importante hacer ejercicio físico, rechazar un cigarro si te lo ofrecen y tomar alimentos ricos en vitamina C. Según la AECC, los primeros días sin fumar pueden ser costosos porque se siente un deseo muy fuerte de volver a encender un cigarrillo. Esto hace que durante el primer periodo aumente el nerviosismo y la tensión y por ello recomiendan ser persistente, beber abundantes líquidos, evitar las bebidas excitantes para poder dormir y no olvidar los logros obtenidos durante todo el proceso.
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