ESTE DOMINGO, MARATÓN EN MADRID
Correr es una actividad saludable que en España tiene cada vez mayor número de aficionados. Sin embargo, aquellos que lo hacen durante sesiones de más de una hora y acumulan más de 50 kilómetros semanales, en la misma superficie y con el principal objetivo de competir, tienen un alto riesgo de lesionarse con regularidad.
Son las conclusiones a las que ha llegado un estudio de la Fundación Mapfre, tras una encuesta realizada a más de 400 corredores populares no profesionales, es estudiar los factores que influyen en las lesiones deportivas y ofrecer recomendaciones que contribuyan a hacer más segura y saludable esta práctica.
Correr 50 kilómetros semanales y sobre la misma superficie, tiene un alto riesgo de lesionarse
El estudio destaca que seis de cada diez corredores lesionados son mayores de 35 años y que los hombres son los que más sufren algún tipo de dolencia mientras corren (representan el 87,9% del total de las personas que se lesionan practicando este deporte).
Los miembros del cuerpo más afectados son las piernas y las rodillas. Este tipo de dolencias las sufren principalmente los menores de 35 años. Los corredores de más edad se lesionan, sobre todo, los pies.
Contracturas musculares, seguidas por roturas de fibras del gemelo, fascitis plantar, esguince de tobillo y de rodilla y tendinitis de rodilla son las lesiones más comunes en los corredores.
El riesgo de sufrir una dolencia al practicar este tipo de deporte se incrementa, según el informe, si una persona corre desde hace más de cinco años seguidos, si lo hace al aire libre y en el mismo tipo de superficie.
Un dato que llama la atención en el estudio es que -en contra de lo esperado- estirar antes de correr no parece reducir el riesgo de lesión.
Aunque este punto debería analizarse en más profundidad, es aconsejable calentar antes del ejercicio y al final de la carrera, estirar de forma suave, sin forzar y sin llegar al dolor.
Para prevenir y reducir la gravedad de las lesiones relacionadas con la carrera, se recomienda entrenar con moderación, alternar el tipo de superficie, realizar ejercicios preventivos al menos dos veces por semana para fortalecer el tendón de Aquiles, los gemelos y los tendones rotularios, entre otras partes del cuerpo.
Además, se recomienda utilizar zapatillas de carrera adaptadas a las características biomecánicas del pie y renovarlas periódicamente.
Igualmente, una hidratación adecuada y la ingestión de bebidas isotónicas que ayuden a recuperar el agua perdida.