un estudio del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas
Los días con más concentración de hollín en la atmósfera, la mayoría procedente de los motores diesel, aumenta un 20% el riesgo de sufrir un ictus, según un estudio del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) y el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).
Los investigadores han hallado una relación directa entre este contaminante, procedente de la mala combustión de los motores diesel, y el incremento de casos de ictus tras analizar datos de 2.740 pacientes del Hospital del Mar que habían sufrido un ictus entre 2005 y 2014.
La investigación, que publica la revista 'Enviromental Research', la han liderado Jaume Roquer, jefe del Servicio de Neurología Clínica del Hospital del Mar y director del Programa de Investigación en Procesos Inflamatorios y Cardiovasculares del IMIM, y Rosa María Vivanco, investigadora del mismo programa.
El estudio ha analizado la influencia de dos contaminantes, las partículas de menos de 2,5 micras (PM 2.5) y el carbón negro, el hollín, en el riesgo de sufrir un ictus. Los investigadores han comprobado cómo la presencia en el aire del hollín actúa a corto plazo como desencadenante de un tipo concreto de ictus, el aterotrombótico, provocado por el desprendimiento de las placas de ateroma, formadas por colesterol, calcio y otras sustancias que se acumulan en las arterias.
"El efecto nocivo de los contaminantes para la salud va mucho más allá de su impacto sobre los problemas respiratorios y el cáncer. Hemos demostrado que el aumento del carbón negro en el aire también afecta al sistema circulatorio cerebral incrementando el riesgo de sufrir un ictus", ha resumido Roquer.
El estudio no encontró ninguna relación entre los niveles de partículas inferiores a 2,5 micras y los casos de ictus, aunque, según Rosa María Vivanco, "no quiere decir que no exista, simplemente, no lo hemos podido demostrar". En el caso del hollín, el trabajo concluye que por cada incremento de 1,7 microgramos por metro cúbico de su concentración en el aire, el riesgo de sufrir un ictus durante las 24-72 horas siguientes crece el 20%.
"Esto es debido a que la exposición al hollín generado por los motores diesel provoca un incremento de las partículas inflamatorias en nuestro cuerpo, un estado protrombótico", según Vivanco. Se trata de casos de "personas que, de forma subyacente, ya padecen la enfermedad ateroesclerótica, en las que la contaminación desencadena reacciones inflamatorias en el cuerpo que pueden acabar provocando el desprendimiento de la placa de ateroma que lleva a la oclusión de un vaso cerebral", según la doctora.
A partir de los datos de calidad del aire registradas en la única estación de Barcelona que controla los niveles de hollín, situada en el Palacio Real, y utilizando herramientas de geolocalización para situar a los pacientes, los investigadores han podido analizar la influencia de este contaminante en los casos de ictus.
El trabajo destaca que la ciudad de Barcelona y el área de influencia del Hospital del Mar presentan unos niveles de contaminación atmosférica similares a los de la ciudad de Londres. En el periodo del estudio, los niveles de partículas PM 2.5 fue de 17,5 g/m3, por debajo de los recomendados por la Organización Mundial de la Salud, que son de 25 g/m3.
En el caso del carbón negro, fueron de 1,4 g/m3. En este caso, según los investigadores, no hay ningún nivel recomendado, aunque está demostrado su efecto nocivo sobre la salud de las personas. Según el Ayuntamiento de Barcelona, reduciendo los niveles de contaminantes en el aire en la ciudad a los recomendados por la OMS se evitarían 659 muertes prematuras cada año.
El investigador del ISGlobal Xavier Basagaña ha afirmado que "este estudio aporta nuevas evidencias sobre las consecuencias del carbón negro sobre la salud y refuerza la necesidad de incluirlo como un contaminante más a las directivas de la UE". Ahora los investigadores se plantean ampliar el estudio a toda Cataluña para detectar las poblaciones más expuestas a los efectos de la presencia de estos elementos en el aire.