SEGÚN UN ESTUDIO DE LA FUNDACIÓN ESPAÑOLA DE SEGURIDAD VIAL
Tomar un café antes de ponerse al volante espabila los sentidos y aumenta la capacidad de atención reduciendo el número de veces que pisaríamos una línea en carretera, salvándonos incluso de una salida de vía. Unos 20 minutos después de haber ingerido ese café, la cafeína empieza a hacer efecto en el conductor.
Una de las conclusiones más llamativas, a la vez que importantes, obtenidas de este ensayo, es que una taza de café rebaja el tiempo de reacción de quien lleva el volante. Se ha demostrado también que el café reduce la sensación de sueño durante un viaje, pero aquí no hay que llevarse a errores. Después de dos horas y media conduciendo, la fatiga comienza a aparecer y eso no hay café que lo remedie. Es, en ese momento cuando hay que parar a descansar.
Demostradas las ventajas de la cafeína, no hay por eso que abusar. Destacando incluso los beneficios para la salud, la ingesta de cafeína ayudaría, por ejemplo, a prevenir la acumulación de grasa y evitar también las obstrucción de las arterias del corazón.