AUNQUE SE CORTE O SE LE ROMPA UN HUESO

Una alteración genética impide a un niño estadounidense sentir dolor

Isaac Brown respondió con una sonrisa cuando un día a su madre se la cayó sobre su mano una taza de café hirviendo. El pequeño, a sus 5 años, sufre una insensibilidad congénita al dolor y por eso ahora tiene que aprender a identificar las señales de riesgo.

Una alteración genética impide que un niño nacido en Mapleton, Iowa (EEUU), sienta dolor. Pese a las apariencias, lejos de ser una ventaja, es un riesgo muy grave pues el pequeño no tiene sensaciones que le alertarían de peligros para su integridad física. En otras palabras, Isaac Brown no nota nada si se corta alguna parte de su cuerpo con un cristal, se rompe un hueso o se da un golpe, por muy fuerte que éste sea.

El niño, de 5 años, nació con una insensibilidad congénita al dolor. Ahora está aprendiendo a leer y a sumar, como sus compañeros de clase, pero también a percibir sensaciones que le ayuden a reconocer cuándo sufre algún malestar. Su madre, Carrie, ha contado a la cadena ABC News que un día se le derramó café hirviendo sobre la mano de Isaac; la reacción del pequeño a la quemadura fue nula.

La familia Brown consultó a varios médicos especialistas hasta que uno detectó la enfermedad, una alteración que impide al cerebro recibir avisos de dolor. A partir de ahí, investigaron y dieron con otros casos similares. La 'medicina' consiste en inculcar al niño la importancia de identificar como motivo de alarma cuando observe sangre en partes de su cuerpo, moratones u otros signos físicos extraños. También es importante que se acostumbre a avisar cuando tenga algún accidente, por pequeño que sea.

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