FUE DADA DE ALTA EN ENERO
Una enfermera escocesa que contrajo el virus del ébola en diciembre de 2014 en Sierra Leona ha sido puesta bajo aislamiento en un hospital de Londres después de que los médicos hayan detectado trazas de ébola en su organismo. Las autoridades sanitarias de Glasgow han atribuido estas trazas a la infección original y han descartado en principio que Pauline Cafferkey, de 39 años, pueda contagiar a otras personas. La enfermera fue declarada libre del virus en enero, tras pasar un mes aislada.
Cafferkey, de 39 años, contrajo el virus cuando trabajaba como sanitaria en Sierra Leona con la organización humanitaria 'Save the Children' para tratar de contener el brote de la enfermedad que afectó al África occidental. La enfermera pasó cerca de un mes en aislamiento en el Royal Free Hospital de Londres y llegó a estar en estado crítico antes de recibir un tratamiento experimental con plasma sanguíneo de otro enfermo británico, el también sanitario Will Pooley.
Fuentes del Gobierno citadas por la BBC han atribuido su actual reclusión a medidas "muy preventivas" y han descartado que existan riesgos para la salud pública. La semana pasada, Cafferkey viajó a Londres para recibir un reconocimiento por su labor en Africa.
Los protocolos en vigor en el Reino Unido indican que cualquier persona diagnosticada con ébola debe ser trasladada lo antes posible a la unidad de aislamiento preparada en el Royal Free Hospital de la capital británica. En un comunicado, el hospital confirmó que la enfermera fue trasladada desde Glasgow esta madrugada debido a una "inusual complicación tardía relacionada con su previa infección con el virus del ébola". "Será tratada en la unidad de alto nivel de aislamiento de acuerdo con las pautas nacionales establecidas", señala la nota del centro.
El ébola solo se puede transmitir por contacto directo con la sangre o fluidos corporales de la persona infectada durante la etapa sintomática de la enfermedad, subrayó el hospital. La semana pasada, Cafferkey estuvo en Londres para recibir un premio en reconocimiento de los riesgos que tomó para ayudar en África durante la epidemia de ébola. En una entrevista con la BBC, la enfermera explicó que durante el periodo de recuperación de la enfermedad ha experimentado problemas de tiroides y perdió el cabello.